La obra misionera de la iglesia
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el sacrificio y las privaciones? Los miembros de la iglesia deben
realizar los mismos esfuerzos perseverantes e incansables. Obedien-
tes a la orden del Maestro, deben estar siempre listos para obrar.
Dondequiera que encontremos un trabajo que hacer, realicémoslo
contemplando constantemente a Jesús. Centenares de almas serían
ganadas para Cristo si los miembros de nuestras iglesias siguiesen
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esas instrucciones. Si cada miembro de la iglesia fuese un misionero
activo, el Evangelio sería anunciado en poco tiempo en todo país,
pueblo, nación y lengua.
El resultado del esfuerzo perseverante
Todo talento santificado debe ser alistado para proclamar la
verdad presente. Si las fuerzas del enemigo ganan la victoria ahora,
será porque las iglesias descuidan la tarea que Dios les ha dado.
Durante años nos ha sido presentada la tarea que debía llevarse a
cabo, empero muchos han estado durmiendo. Si los adventistas del
séptimo día se levantan ahora para cumplir la obra que se les asignó,
la verdad será presentada por el poder del Espíritu Santo de una
manera clara y distinta en las ciudades hasta ahora descuidadas.
Cuando se trabaje con sinceridad y tesón, se verá la eficacia de la
gracia de Cristo. Los centinelas colocados sobre los muros de Sion
deben mantenerse vigilantes y despertar a los demás. El pueblo de
Dios debe ser tan ferviente y fiel en la obra del Maestro que todo
egoísmo quede separado de su vida. Entonces todos trabajarán en
perfecta armonía, y se manifestará el brazo del Señor, cuyo poder se
revelará en la vida de Cristo. Entonces renacerá la confianza y habrá
unidad en las filas de la iglesia.
Diferentes ramos de servicio
El Señor pide a su pueblo que emprenda diferentes clases de
trabajos. El mensaje evangélico debe ser oído tanto en las grandes
avenidas de la existencia como en los senderos más alejados. Los
miembros de la iglesia deben hacer obra de evangelización entre sus
vecinos que todavía no han recibido plena evidencia de la verdad
para nuestro tiempo.