Página 58 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 9 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 9
Señor; otros sólo pueden llevar pequeñas cantidades; pero cada don
llevado con sinceridad es aceptado por el Señor.
Suplicamos por el dinero que se gasta en cosas innecesarias.
Hermanos y hermanas, no malgastéis vuestro dinero comprando
cosas que no necesitáis. Podéis pensar que esas pequeñas sumas no
significan mucho, pero muchas cantidades pequeñas constituirán
un todo importante. Eliminad todo gasto extravagante. No os per-
mitáis adquirir ninguna cosa sólo con fines de ostentación. Vuestro
dinero significa la salvación de la gente. Que todos practiquen la
dadivosidad sistemática. Puede ser que algunos no puedan dar una
suma cuantiosa, pero todos pueden apartar cada semana algo para
el Maestro. Que los niños hagan su parte. Enseñen los padres a
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sus hijos a ahorrar los centavos para darlos al Señor. El ministerio
evangélico debe ser sostenido mediante la abnegación y el sacrificio.
Mediante el esfuerzo abnegado del pueblo de Dios otros serán pues-
tos en contacto con la fe, y éstos a su vez ayudarán a aumentar las
ofrendas efectuadas para hacer progresar la obra del Señor.
Hay evidencias inequívocas que señalan la proximidad del fin.
Hay que preparar el camino para la venida del Príncipe de Paz. Que
nuestros miembros de iglesia no se quejen porque se les pide dar
tantas veces. ¿Qué hace que sean necesarios esos pedidos tan fre-
cuentes? ¿No es el rápido crecimiento de las empresas misioneras?
¿Obstaculizaremos el crecimiento de estas empresas al rehusar dar?
¿Olvidaremos que somos obreros juntamente con Dios? De cada
iglesia debieran ascender oraciones hacia Dios pidiendo un aumento
de dedicación y liberalidad. Hermanos y hermanas míos, no pidáis
que se efectúen reducciones en la obra evangélica. Mientras haya
gente que salvar, nuestro interés en la obra de salvación no debe
disminuir, La iglesia no puede disminuir su tarea sin negar a su
Maestro. No todos pueden ir como misioneros a países extranjeros,
pero todos pueden dar de sus recursos para promover la obra en las
misiones extranjeras.
Hay nuevos campos en los que debemos entrar, para lo cual
necesitamos vuestra ayuda. ¿Ignoraremos la comisión que se nos ha
dado perdiendo así el cumplimiento de la promesa que acompaña a
la comisión? ¿Se tomará el pueblo de Dios descuidado e indiferente,
y rehusará dar de sus recursos para promover su obra? ¿Pueden hacer
eso sin cortar su conexión con él? Puede ser que piense de ese modo