Hagamos circular las publicaciones
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que
Palabras de vida del gran Maestro
ha efectuado por nuestros
colegios. Este libro contiene la sabiduría del Gran Médico. Para
mí ha sido un gran privilegio donar mi trabajo con estos libros a la
causa de Dios. En el futuro debieran tomarse las medidas necesarias
para aumentar su venta.
Hay que pagar las deudas
Dios desea que aprendamos lecciones de las experiencias pasa-
das. A él no le agrada que sus instituciones se endeuden. Ha llegado
el tiempo cuando tenemos que dar un carácter distintivo a la obra al
rehusar construir edificios grandes y costosos. No tenemos que repe-
tir los errores cometidos en el pasado y hundirnos cada vez más en
el pozo de las deudas. Debemos, en cambio, procurar definidamente
pagar las deudas que todavía pesan sobre nuestras instituciones. Las
iglesias pueden ayudar en esto si así lo desean. Los miembros
quienes Dios ha concedido recursos pueden invertir su dinero en la
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causa, sin cobrar intereses, o bien aplicando intereses bajos; y me-
diante sus ofrendas voluntarias pueden contribuir a sostener la obra.
El Señor nos pide que devolvamos con gozo una parte de los bienes
que nos ha prestado y que así nos convirtamos en sus benefactores.
Otro aspecto de la obra de publicaciones
Después de eso nos encontrábamos en reuniones campestres
y con grandes congregaciones en nuestras iglesias, donde los mi-
nistros presentaban claramente los peligros de los tiempos en que
vivimos, y la gran importancia de apresurar la circulación de nues-
tras publicaciones. En respuesta a estas exhortaciones, los miembros
se adelantaron y compraron numerosos libros. Algunos tomaron
unos pocos y otros adquirieron muchos. La mayor parte pagó por
los libros adquiridos. Unos pocos hicieron arreglos para pagar más
tarde.
Debido a que los libros se vendían a bajo precio, algunos puestos
a precio especial para la ocasión, eran adquiridos en grandes can-
tidades; algunos por personas que no eran de nuestra fe. Dijeron:
“Estos libros deben contener mensajes para nosotros. Estas personas
Esto se escribió en el año 1908