Página 83 - El Camino a Cristo (1993)

Basic HTML Version

¿Qué debe hacerse con la duda?
79
Hay muchas cosas aparentemente difíciles u obscuras que Dios
hará claras y sencillas para los que con esa humildad procuren enten-
derlas. Mas sin la dirección del Espíritu Santo estaremos continua-
mente expuestos a torcer las Sagradas Escrituras o a interpretarlas
mal. Muchos leen la Biblia de una manera que no aprovecha, y hasta,
en numerosos casos, produce un daño patente. Cuando el Libro de
[111]
Dios se abre sin oración ni reverencia; cuando los pensamientos y
afectos no están fijos en Dios, o no armonizan con su voluntad, el
intelecto queda envuelto en dudas, y entonces con el mismo estudio
de la Biblia se fortalece el escepticismo. El enemigo se posesiona de
los pensamientos, y sugiere interpretaciones incorrectas. Cuando los
hombres no procuran estar en armonía con Dios en obras y en pala-
bras, por instruidos que sean están expuestos a errar en su modo de
entender las Santas Escrituras, y no es seguro confiar en sus explica-
ciones. Los que escudriñan las Escrituras para buscar discrepancias,
no tienen penetración espiritual. Con vista distorsionada encontrarán
muchas razones para dudar y no creer en cosas realmente claras y
sencillas.
Pero, como quiera que se la disfrace, la causa real de la duda y
del escepticismo es, en la mayoría de los casos, el amor al pecado.
Las enseñanzas y restricciones de la Palabra de Dios no agradan al
corazón orgulloso, que arna el pecado; y los que rehusan acatar lo
que ella requiere están listos para dudar de su autoridad. Para llegar
a la verdad debemos tener un deseo sincero de conocerla, y en el
corazón, buena voluntad para obedecerla. Todos los que estudien
la Escritura con este espíritu encontrarán abundante evidencia de
que es la Palabra de Dios y podrán obtener una comprensión de sus
verdades que los hará sabios para salvarse.
Cristo dijo: “Si alguno quisiere hacer su voluntad, conocerá de mi
enseñanza.
En vez de dudar y cavilar tocante a lo que no entendáis,
prestad atención a la luz que ya brilla sobre vosotros, y recibiréis
mayor luz. Mediante la gracia de Cristo, cumplid todos los deberes
[112]
que hayáis llegado a entender, y seréis capaces de comprender y
cumplir aquellos de los cuales todavía dudáis.
Hay una prueba que está al alcance de todos, del más educado y
del más ignorante: la evidencia de la experiencia. Dios nos invita a
probar por nosotros mismos la realidad de su Palabra, la verdad de
sus promesas. El nos dice: “Gustad y ved que Jehová es bueno.