¿Qué debe hacerse con la duda?
            
            
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              Hay muchas cosas aparentemente difíciles u obscuras que Dios
            
            
              hará claras y sencillas para los que con esa humildad procuren enten-
            
            
              derlas. Mas sin la dirección del Espíritu Santo estaremos continua-
            
            
              mente expuestos a torcer las Sagradas Escrituras o a interpretarlas
            
            
              mal. Muchos leen la Biblia de una manera que no aprovecha, y hasta,
            
            
              en numerosos casos, produce un daño patente. Cuando el Libro de
            
            
              [111]
            
            
              Dios se abre sin oración ni reverencia; cuando los pensamientos y
            
            
              afectos no están fijos en Dios, o no armonizan con su voluntad, el
            
            
              intelecto queda envuelto en dudas, y entonces con el mismo estudio
            
            
              de la Biblia se fortalece el escepticismo. El enemigo se posesiona de
            
            
              los pensamientos, y sugiere interpretaciones incorrectas. Cuando los
            
            
              hombres no procuran estar en armonía con Dios en obras y en pala-
            
            
              bras, por instruidos que sean están expuestos a errar en su modo de
            
            
              entender las Santas Escrituras, y no es seguro confiar en sus explica-
            
            
              ciones. Los que escudriñan las Escrituras para buscar discrepancias,
            
            
              no tienen penetración espiritual. Con vista distorsionada encontrarán
            
            
              muchas razones para dudar y no creer en cosas realmente claras y
            
            
              sencillas.
            
            
              Pero, como quiera que se la disfrace, la causa real de la duda y
            
            
              del escepticismo es, en la mayoría de los casos, el amor al pecado.
            
            
              Las enseñanzas y restricciones de la Palabra de Dios no agradan al
            
            
              corazón orgulloso, que arna el pecado; y los que rehusan acatar lo
            
            
              que ella requiere están listos para dudar de su autoridad. Para llegar
            
            
              a la verdad debemos tener un deseo sincero de conocerla, y en el
            
            
              corazón, buena voluntad para obedecerla. Todos los que estudien
            
            
              la Escritura con este espíritu encontrarán abundante evidencia de
            
            
              que es la Palabra de Dios y podrán obtener una comprensión de sus
            
            
              verdades que los hará sabios para salvarse.
            
            
              Cristo dijo: “Si alguno quisiere hacer su voluntad, conocerá de mi
            
            
              enseñanza.
            
            
            
            
              En vez de dudar y cavilar tocante a lo que no entendáis,
            
            
              prestad atención a la luz que ya brilla sobre vosotros, y recibiréis
            
            
              mayor luz. Mediante la gracia de Cristo, cumplid todos los deberes
            
            
              [112]
            
            
              que hayáis llegado a entender, y seréis capaces de comprender y
            
            
              cumplir aquellos de los cuales todavía dudáis.
            
            
              Hay una prueba que está al alcance de todos, del más educado y
            
            
              del más ignorante: la evidencia de la experiencia. Dios nos invita a
            
            
              probar por nosotros mismos la realidad de su Palabra, la verdad de
            
            
              sus promesas. El nos dice: “Gustad y ved que Jehová es bueno.