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Cartas a Jóvenes Enamorados
reacciones y carácter de las jóvenes, antes de permitir que el tema
del matrimonio se posesione de tus pensamientos
.
Isabel nunca te elevará. Ella no tiene en sí las facultades ocultas
que, desarrolladas, la harían una mujer de juicio y habilidad para
estar a tu lado, a fin de ayudarte en las batallas de la vida. Ella
carece de fuerza de voluntad No tiene profundidad de pensamiento ni
amplitud de mente que podrían ser una ayuda para ti. Tú contemplas
la superficie y eso es todo lo que hay. En poco tiempo, si te casaras,
el encanto desaparecería. Habiendo cesado la novedad de la vida
matrimonial, verías las cosas en su perspectiva real, y encontrarías
que has cometido una triste equivocación
.
El amor es un sentimiento tan sagrado que muy pocos saben
lo que realmente es. Es un término que se utiliza, pero que no se
comprende. El cálido resplandor del impulso, la fascinación que
un joven siente por una señorita no es amor; no merece ese nom-
bre. El amor verdadero tiene una base intelectual, un conocimiento
profundo del objeto amado
.
Recuerda que el amor impulsivo es totalmente ciego. Tan pronto
se coloca sobre objetos indignos como dignos. Controla un amor tal
para que permanezca calmo y sereno. Dale lugar al pensamiento
genuino y profundo, a la reflexión ferviente. ¿Es este objeto de tu
afecto, en la escala de inteligencia y excelencia moral, en conducta
y maneras educadas, de tal naturaleza que sentirías orgullo en
presentarla a la familia de tu padre, y reconocerla en toda sociedad
como el objeto de tu elección?
Concédete suficiente tiempo para observarla en todo aspecto, y
entonces no confíes en tu propio juicio, sino permite que tu madre
que te ama, tu padre, y tus amigos íntimos, hagan los comentarios
críticos de aquella a quien te sientes inclinado a preferir. No confíes
en tu propio juicio, y no te cases con alguien que sientes que no
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será una honra para tu padre y tu madre, sino con alguien que tiene
inteligencia y dignidad moral
.
La niña que entrega sus afectos a un hombre, y atrae su atención
por medio de sus insinuaciones, exhibiéndose donde no pueda menos
que ser tomada en cuenta por él, si no quiere parecer rudo, no es la
niña con la cual querrá asociarse. Su conversación es ordinaria y
frecuentemente superficial
.