La obra de la escuela de iglesia
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taba con bondad y respeto, y los maestros han de seguir su ejemplo.
Deben tener el verdadero espíritu misionero; porque los niños han
de ser preparados para llegar a ser misioneros.
Nuestras escuelas de iglesia necesitan maestros que tengan altas
cualidades morales; personas en quienes se pueda confiar; que sean
sanas en la fe; que tengan tacto y paciencia; que anden con Dios y
se abstengan de toda apariencia de mal...
Resultados de la obra de las escuelas de iglesia
Cuando sean debidamente dirigidas, las escuelas de iglesia serán
el medio de enarbolar el estandarte de la verdad donde se hallan
establecidas, porque los niños que reciban educación cristiana serán
testigos para Cristo. Como Jesús en el templo resolvió misterios que
los sacerdotes y gobernantes no habían discernido, así los niños que
hayan sido debidamente educados, en la obra final que se realice
en esta tierra dirán, en su sencillez, palabras que asombrarán a los
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hombres que ahora hablan de “educación superior”.
Así como los niños cantaron en los atrios del templo: “¡Hosanna!
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” (
Marcos 11:9
), en
estos postreros días, las voces de los niños se elevarán para dar el
último mensaje de amonestación a un mundo que perece. Cuando los
seres celestiales vean que no se permite ya a los hombres presentar
la verdad, el Espíritu de Dios descenderá sobre los niños, y ellos
harán en la proclamación de la verdad una obra que los obreros de
más edad no podrán hacer, porque se les habrá cerrado el camino.
Nuestras escuelas de iglesia han sido establecidas por Dios a
fin de que preparen a los niños para esta gran obra. Allí han de
recibir instrucción en las verdades especiales para este tiempo, y
en la obra misionera práctica. Han de alistarse en el ejército de
obreros para ayudar a los enfermos y a los que sufren. Los niños
pueden tomar parte en la obra misionera médica, y con sus jotas y
tildes pueden ayudar a llevarla adelante. Tal vez sean pequeñas sus
inversiones, pero todo “poco” ayuda, y por sus esfuerzos muchas
almas serán ganadas para la verdad. Por su medio se dará a conocer a
todas las naciones el mensaje de Dios y su sanidad salvadora. Por lo
tanto, sienta la iglesia una preocupación por los corderos del rebaño.