Página 160 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 26—Bajo la disciplina de Cristo
Todo maestro que tiene algo que ver con la educación de los
jóvenes estudiantes, debe recordar que los niños son afectados por
la atmósfera que lo rodea a él, sea ésta agradable o desagradable. Si
está relacionado con Dios, si Cristo habita en su corazón, el espíritu
que albergue será sentido por los niños. Si los maestros entran en
el aula con un espíritu irritado, la atmósfera que rodea a sus almas
dejará también su impresión.
Los maestros que trabajan en esta parte de la viña del Señor,
necesitan tener dominio propio, mantener bajo control su genio y sus
sentimientos, y asimismo estar sujetos al Espíritu Santo. Deben dar
evidencia de poseer, no una experiencia unilateral, sino una mente
bien equilibrada, un carácter simétrico. Aprendiendo diariamente
en la escuela de Cristo, pueden educar sabiamente a los niños, y
jóvenes. Si han adquirido cultura, si se dominan a sí mismos, y están
bajo la disciplina del Señor, teniendo una relación viva con el gran
Maestro, tendrán un conocimiento inteligente de la religión práctica;
y manteniendo sus propias almas en el amor de Dios, sabrán ejercer
la gracia de la paciencia y de la tolerancia cristianas. Reconocerán
que tienen que cultivar un campo muy importante en la viña del
Señor. Elevarán el corazón a Dios en sincera oración: “Señor, sé
tú mi modelo”; y luego, contemplando a Cristo, harán la obra de
Cristo.
Los maestros de cualquier ramo necesitan mentes bien equilibra-
das y carácter simétrico. La obra de la enseñanza no debe confiarse
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a personas jóvenes que no saben tratar con las mentes humanas, que
nunca han aprendido a mantenerse a sí mismas bajo la disciplina
de Jesucristo, ni a sujetarle sus pensamientos en cautiverio. Saben
tan poco del poder controlador de la gracia sobre su propio cora-
zón y carácter, que tienen mucho que desaprender, y deben asimilar
lecciones enteramente nuevas en la experiencia cristiana.
Entre los niños y jóvenes, hay toda clase de caracteres con los
cuales se tiene que tratar, cuyas mentes son impresionables. Muchos
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