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Consejos para los Maestros
Haced una obra cabal en todo lo que emprendáis. Si sois fieles en
enseñar las materias comunes, muchos de vuestros alumnos podrán
ir directamente a la obra como colportores y evangelistas. No ne-
cesitamos pensar que todos los obreros deben tener una educación
avanzada.
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En todas nuestras instituciones, los jóvenes deben ser amoldados
y disciplinados para Dios; y en esta obra se han de revelar siempre
la misericordia, el amor y la ternura del Señor. Esto no debe de-
generar en debilidad y sentimentalismo. Debemos ser bondadosos,
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pero firmes. Y recuerden los maestros que aunque es necesaria la
decisión, nunca debemos ser duros o condenadores. Nunca hemos
de manifestar un espíritu intolerante. Sean ellos serenos, revelando
el mejor método al negarse a sentirse provocados a ira.
Dios quiere que manifestemos su amor mostrando vivo interés
por los jóvenes que están bajo nuestro cuidado. Presentadlos al
Señor y pedidle que haga por ellos lo que vosotros no podéis hacer.
Dejadles ver que comprendéis vuestra necesidad de ayuda divina.
* * * * *
El maestro debería tener constantemente por blanco la sencillez
y la eficiencia. Debería enseñar principalmente con ilustraciones, y
aun al tratar con alumnos mayores, debería tener cuidado de hacer
clara y sencilla toda explicación. Muchos alumnos de edad avanzada,
no son sino niños en entendimiento.
La Educación, 228, 229
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