Página 21 - Consejos para los Maestros (1971)

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El conocimiento esencial
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el maestro de mentiras. Adquirieron el conocimiento que Dios les
había negado, el de las consecuencias de la transgresión.
El así llamado árbol del conocimiento, ha llegado a ser un ins-
trumento de muerte. Satanás ha entretejido arteramente sus dogmas,
sus teorías falsas, con las instrucciones dadas. Desde el árbol del
conocimiento enuncia las adulaciones más halagüeñas respecto de
la educación superior. Miles participan del fruto de este árbol, pero
significa la muerte para ellos. Cristo dice: “¿Por qué gastáis el dine-
ro en lo que no es pan?”.
Isaías 55:2
. Estáis dedicando los talentos
que os confió el cielo en conseguir una educación que Dios declara
insensata.
En la mente de todo estudiante debe grabarse el pensamiento de
que la educación es un fracaso, a menos que el entendimiento haya
aprendido a asimilar las verdades de la revelación divina, y a menos
que el corazón acepte las enseñanzas del Evangelio de Cristo. El
estudiante que en lugar de los amplios principios de la Palabra de
Dios acepte ideas comunes, y permita que su atención y tiempo sean
absorbidos por asuntos triviales y comunes, verá que su mente se
atrofia y debilita. Perderá la facultad de crecer. Debe enseñarse a la
mente a comprender las verdades importantes que conciernen a la
vida eterna.
Se me ha instruido que dirija la mente de nuestros estudiantes a
planos superiores a los que se considera ahora posible alcanzar. El
corazón y la mente deben ser adiestrados para conservar su pureza
recibiendo provisiones diarias de la fuente de verdad eterna. La
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educación adquirida por el estudio de la Palabra de Dios ampliará
los límites estrechos de la erudición humana, y presentará ante la
mente un conocimiento mucho más profundo: el que se obtiene
por una relación vital con Dios. Llevará a todo estudiante que sea
hacedor de la palabra a un campo más amplio del pensamiento, y le
asegurará una riqueza imperecedera de saber. Sin este conocimiento,
es seguro que el hombre perderá la vida eterna; pero poseyéndolo,
llegará a ser idóneo compañero de los santos en luz.
La mente y la mano divinas han conservado puro a través de los
siglos el relato de la creación. Únicamente la Palabra de Dios nos
presenta los anales auténticos de la creación de nuestro mundo. Esta
Palabra ha de constituir el estudio principal en nuestras escuelas. En
ella podemos aprender lo que nuestra redención costó al que desde