Página 242 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 40—La salud y la eficiencia
La salud es una bendición inestimable, que está más íntimamente
relacionada con la conciencia y la religión de lo que muchos se dan
cuenta. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno para servir,
y debe ser guardada en forma tan sagrada como el carácter; porque
cuanto más perfecta sea la salud, tanto más perfectos serán también
nuestros esfuerzos para hacer progresar la causa de Dios y beneficiar
a la humanidad.
Hay, en nuestras escuelas, una obra importante que hacer en
cuanto a enseñar a los jóvenes los principios de la reforma pro
salud. Los maestros deben ejercer una influencia reformadora en
asuntos de comer, beber y vestir, y deben estimular a sus estudiantes
a practicar abnegación y dominio propio. Debe enseñárseles que
todas sus facultades son de Dios; y que él tiene derecho sobre cada
una de ellas; y que al abusar de su salud de cualquier manera que sea,
desprecian una de las bendiciones más selectas de Dios. El Señor
les da salud para que la usen en su servicio, y cuanto mayor sea
su fuerza física, y más intenso su poder de resistencia, tanto más
pueden hacer para el Maestro. En vez de abusar de sus facultades
físicas o recargarlas, deben custodiarlas celosamente para su uso.
La juventud es el tiempo en que se ha de acumular conocimiento
para los ramos que puedan ponerse en práctica diaria durante toda
la vida. La juventud es el tiempo en que se han de adquirir buenos
hábitos, corregir los que son malos, adquirir y retener el dominio
propio, acostumbrarse a ordenar los actos de la vida en armonía con
la voluntad de Dios y el bienestar de los semejantes. La juventud es el
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tiempo de siembra que determina la cosecha de esta vida y de la vida
ulterior. Los hábitos formados en la infancia y la juventud, los gustos
adquiridos, el dominio propio alcanzado, habrán de determinar casi
seguramente el futuro del hombre o el de la mujer.
La importancia de cuidar de la salud se ha de enseñar como
requerimiento bíblico. La obediencia perfecta a las órdenes de Dios
exige conformidad a las leyes del ser. La ciencia de la educación
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