Página 253 - Consejos para los Maestros (1971)

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La educación práctica
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en él un espíritu de confianza propia, y al mismo tiempo estará a
salvo de muchas prácticas malas y degradantes que son a menudo
resultado de la ociosidad. Y todo esto está de acuerdo con el obje-
to primordial de la educación, porque al estimular la actividad, la
diligencia y la pureza, nos ponemos en armonía con el Creador.
El mayor beneficio no es el que se obtiene del ejercicio tomado
como juego o simplemente como ejercicio. Se obtienen ciertos be-
neficios por estar al aire puro, y también por ejercitar los músculos;
pero si la misma cantidad de energía se dedica a ejecutar un trabajo
útil, el beneficio será mayor. Habrá contentamiento, porque ese ejer-
cicio entraña un sentido de utilidad y la aprobación de la conciencia
por un deber bien cumplido.
Los alumnos deben salir de nuestras escuelas dotados de eficien-
cia cabal, a fin de que cuando dependan de sus propios recursos,
tengan conocimientos que puedan usar, útiles para tener éxito en la
vida. Es esencial el estudio diligente, pero también lo es el trabajo
arduo y laborioso. El juego no es esencial. El dedicar las facultades
físicas a la diversión no es muy favorable para tener una mente bien
equilibrada. Si el tiempo empleado en el ejercicio físico que paso a
paso conduce al exceso, fuese dedicado a trabajar de acuerdo con los
métodos de Cristo, la bendición de Dios descansaría sobre el obrero.
La disciplina que para la vida práctica se obtiene del trabajo físico
combinado con el esfuerzo mental, queda endulzada al reflexionar
en que ella hace a la mente y al cuerpo más idóneos para cumplir la
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obra que Dios requiere que los hombres hagan. Cuanto más perfec-
tamente sepan los jóvenes cumplir los deberes de la vida práctica,
tanto mayor será el gozo que tendrán día tras día por ser útiles a
otros. La mente educada para disfrutar del trabajo provechoso se
amplía; por la preparación y la disciplina se hace idónea para ser útil;
porque adquiere el conocimiento esencial que permite a su poseedor
beneficiar a otros.
No puedo hallar en la vida de Cristo ejemplo de que dedicase
tiempo al juego y a la diversión. El fue el gran educador para la vida
presente y la futura; sin embargo, no he podido hallar un caso en que
enseñara a sus discípulos a buscar diversiones para obtener ejercicio
físico. El Redentor del mundo da a cada uno su obra y le ordena:
“Negociad entre tanto que vengo”.
Lucas 19:13
. Al hacer esto, el
corazón se entusiasma por la empresa. Todas las facultades del ser