Las diversiones mundanales
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agradaría al Salvador el oír a sus seguidores hablar de sus preciosas
lecciones de instrucción, y saber que aprecian las cosas santas!
Cuando la verdad mora en el corazón, no hay lugar para criticar a
los siervos de Dios, o hallar defectos en el mensaje que él envía. Lo
que hay en el corazón fluye de los labios. No puede ser reprimido.
Las cosas que Dios ha preparado para los que le aman, serán el
tema de la conversación. El amor de Cristo es en el alma como un
manantial de agua, que brota para vida eterna, enviando raudales
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vivos, que esparcen vida y alegría dondequiera que fluyan. (
Special
Testimony to the Battle Creek Church, 32
, 18 de noviembre de 1896).
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Los cristianos tienen muchas fuentes de felicidad a su disposi-
ción, y pueden decir con infalible exactitud qué placeres son legíti-
mos y correctos. Pueden disfrutar de las recreaciones que no disipen
la mente ni degraden el alma, que no siembren desilusión, ni una
triste influencia ulterior para destruir el respeto propio o estorbar el
camino a la utilidad.
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