Página 29 - Consejos para los Maestros (1971)

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La primera de las ciencias
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resucitado de los muertos, Cristo ascendido al cielo como nuestro
intercesor, tal es la ciencia de la salvación que necesitamos aprender
y enseñar. Tal ha de ser la preocupación de nuestro trabajo.
Enseñad la cruz de Cristo a todo alumno una y otra vez. ¿Cuán-
tos creen que ella es realmente lo que es? ¿Cuántos la introducen
en sus estudios y conocen su verdadero significado? ¿Podría haber
en nuestro mundo un cristiano sin la cruz de Cristo? Por lo tanto,
ensalcémosla en nuestra escuela como el fundamento de la educa-
ción verdadera. La cruz de Cristo debe estar tan cerca de nuestros
maestros, debe ser tan perfectamente comprendida por ellos, como
lo fue por Pablo, quien pudo decir: “Pero lejos esté de mí gloriarme,
sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me
es crucificado a mí, y yo al mundo”.
Gálatas 6:14
.
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Procuren los maestros, desde los más encumbrados hasta los
más humildes, comprender lo que significa gloriarse en la cruz de
Cristo. Entonces, por el precepto y el ejemplo, podrán enseñar a
sus alumnos las bendiciones que reporta a los que la llevan viril y
valientemente. El Salvador declara: “Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”.
Mateo 16:24
.
Y a todos los que la toman y la llevan en pos de Cristo, la cruz es
una garantía de la corona de inmortalidad que recibirán.
Los educadores que no quieran trabajar de acuerdo con esto, no
son dignos de ese nombre. Maestros, apartaos del ejemplo del mun-
do, dejad de ensalzar a los así llamados grandes hombres; desviad
las mentes de vuestros alumnos de la gloria de todo lo que no sea la
cruz de Cristo. El Mesías crucificado es el punto central de todo el
cristianismo. Las lecciones más esenciales que han de aprender los
maestros y los estudiantes, no son las que apuntan al mundo, sino
las que los apartan del mundo a la cruz del Calvario.
* * * * *
El blanco a alcanzarse es la piedad, la semejanza a Dios. Ante
el estudiante se abre un camino de progreso continuo. Tiene que
alcanzar un objeto, lograr una norma que incluye todo lo bueno,
puro y noble. Progresará tan rápidamente e irá tan lejos como fuere
posible en todos los ramos del verdadero conocimiento. Pero sus
esfuerzos se dirigirán a fines tanto más altos que el mero egoísmo