Página 292 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 51—La necesidad que tiene el maestro de
la ayuda del Espíritu Santo
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El Espíritu Santo nos ha sido dado como una ayuda en el estudio
de la Biblia. Jesús prometió: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Juan 14:26
. Cuando se
hace de la Biblia un libro de texto, y se suplica fervientemente la
dirección del Espíritu, y al mismo tiempo se entrega completamente
el corazón para que sea santificado por la verdad, se logrará todo
lo que Cristo ha prometido. Tal estudio de la Biblia producirá men-
tes bien equilibradas. Vivificará el entendimiento y despertará las
sensibilidades. La conciencia se sensibilizará; las simpatías y los
sentimientos se purificarán; se creará una mejor atmósfera moral; y
se impartirá un nuevo poder para resistir a la tentación. Los maestros
y los alumnos se volverán activos y fervientes en la obra de Dios.
De parte de muchos maestros hay disposición a no ser esmerados
en el impartimiento de la instrucción religiosa. Se conforman con un
servicio tibio, sirviendo al Señor únicamente para escapar al castigo
del pecado. Su tibieza afecta su enseñanza. No anhelan ver a sus
alumnos adquirir la experiencia que ellos no desean para sí mismos.
Han arrojado a un lado como elemento peligroso lo que les fue
dado como bendición. Las visitas que el Espíritu Santo ofrece hacer
son recibidas con las palabras de Félix a Pablo: “Ahora vete; pero
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cuando tenga oportunidad te llamaré”.
Hechos 24:25
. Desean otras
bendiciones; pero no lo que Dios está más dispuesto a prodigar que
un padre a dar buenas dádivas a sus hijos, o sea, lo que se ofrece en
abundancia, según la infinita plenitud de Dios, y que, si se recibiese,
traería todas las demás bendiciones en su estela. ¿Qué palabras
usaré para expresar suficientemente lo que se ha hecho respecto
a ello? El Mensajero celestial ha sido rechazado por la voluntad
resuelta. Los maestros han dicho virtualmente: “Hasta aquí irás con
mis alumnos, pero de ahí no pasarás. No necesitamos entusiasmo en
nuestra escuela, ni excitación. Estamos mucho mejor satisfechos con
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