292
Consejos para los Maestros
nuestros maestros por seguir su ejemplo, por albergar su espíritu y
simpatía. Ninguno excluya el amor de Cristo de sus labores, sino que
cada uno se pregunte: ¿Es mi vida consecuente? ¿Estoy yo guiado
por el Espíritu Santo? Es privilegio de cada maestro revelar el poder
[348]
de un obrero puro, consecuente y amante de Cristo. El maestro
espiritualmente dispuesto no tendrá nunca una religión incierta. Si
ama verdaderamente el servicio de Cristo, tendrá discernimiento y
vida espirituales.
[349]