Página 303 - Consejos para los Maestros (1971)

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La acción manifiesta del Espíritu Santo
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significado del sacrificio de Cristo en nuestro favor, nuestros labios
se sintonizan con los temas de alabanza más sublimes.
Cuando los alumnos contemplaban así a Jesús, no había pérdida
en suspender los estudios. Estaban obteniendo vislumbres del Invi-
sible. Buscaban fervientemente al Dios vivo, y el carbón vivo del
perdón tocaba sus labios. El Espíritu Santo no obraba solamente en
favor de los que habían perdido su primer amor, sino por las almas
que nunca se habían colocado de parte del Señor... Los indicios de su
gracia y favor arrancaban regocijo de los corazones así bendecidos,
y se sabía que la salvación de Dios estaba entre su pueblo...
¿Por qué no habríamos de esperar que el Vigilante santo venga a
nuestras escuelas? Nuestros jóvenes están allí para recibir educación,
para adquirir conocimiento del único Dios verdadero. Están allí
para aprender a presentar a Cristo como el Salvador que perdona el
pecado. Están allí para obtener preciosos rayos de luz, a fin de poder
difundirla a su vez. Están allí para manifestar la bondad amante del
Señor, para hablar de su gloria, hacer repercutir las alabanzas de
Aquel que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable...
Vez tras vez el Mensajero celestial ha sido enviado a la escuela.
Cuando su presencia fue reconocida, las tinieblas se disiparon, res-
plandeció la luz, y los corazones fueron atraídos a Dios. Las últimas
palabras dirigidas por Cristo a Juan fueron: “El Espíritu y la Esposa
dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el
que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.
Apocalipsis
22:17
. Cuando respondemos a Dios y decimos: “Señor, venimos”,
[357]
entonces con gozo sacamos agua de los manantiales de la salvación.
¿No celebraremos santas fiestas para Dios? ¿No demostraremos
que tenemos algo de entusiasmo en su servicio? Teniendo delante de
nosotros el grande y ennoblecedor tema de la salvación, ¿permane-
ceremos tan fríos como estatuas de mármol? Si los hombres pueden
agitarse tanto por un partido de cricket, o una carrera de caballos, o
por otras cosas insensatas que no reportan bien a nadie, ¿permanece-
remos nosotros inconmovibles cuando el plan de la salvación nos es
revelado? Celebre la escuela y la iglesia de aquí en adelante fiestas
de regocijo para el Señor.
Special Testimonies on Education, 77-82
.