Página 331 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 58—Una rápida preparacion para el
trabajo
La práctica de dar a unos pocos alumnos toda la ventaja para
perfeccionar su educación en tantas ramas que les sería imposible
usarlas todas, es un perjuicio más bien que un beneficio para el
que tiene tales ventajas, y priva a otros de los privilegios que tanto
necesitan. Si hubiese menos de esta preparación larga, mucho menos
devoción exclusiva al estudio, habría para el estudiante mucha más
oportunidad de aumentar su fe en Dios... Se me ha mostrado que
algunos de los estudiantes están perdiendo su espiritualidad, que su
fe se debilita, y que no mantienen comunión con Dios. Dedican casi
todo su tiempo al estudio de los libros; parecen saber muy poco de
las otras cosas. Pero, ¿qué ventaja les será toda esta preparación?
¿qué beneficio obtendrán de todo el tiempo y el dinero gastado? Os
aseguro que están más que perdidos...
Debe haber una consideración muy cuidadosa en cuanto a la
mejor manera de gastar el dinero en la educación de los alumnos.
Mientras se gasta tanto para hacer terminar a unos pocos un costoso
curso de estudios, hay muchos que tienen sed del conocimiento que
podrían obtener en unos pocos meses, y que considerarían uno o
dos años como una gran bendición. Si todos los recursos se usan
en hacer que unos pocos sigan un curso de varios años de estudio,
muchos jóvenes y señoritas tan dignos como los primeros no pueden
recibir ayuda alguna...
En vez de educar en exceso a unos pocos, ampliad la esfera de
vuestra caridad. Resolved que los recursos que destinéis a educar
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obreros para la causa no se dedicarán simplemente a una persona,
habilitándola para adquirir más de lo que realmente necesita, mien-
tras que otros se quedan sin nada. Dad a los alumnos un comienzo,
pero no consideréis que es vuestro deber sostenerlos año tras año. Es
deber de ellos salir al campo a trabajar y a vosotros os toca extender
vuestra caridad a otros que necesitan ayuda...
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