Página 393 - Consejos para los Maestros (1971)

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El estudiante de medicina
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El fracaso o el éxito puede leerse en la conducta que siguen los
estudiantes. Si están listos para tener en poco los reglamentos y
el orden, si procuran complacer al yo, y por su ejemplo estimulan
un espíritu de rebelión, no les deis cabida. Sería mejor cerrar las
puertas de la institución antes de tolerar que ese espíritu leude en los
ayudantes y quebrante las barreras cuyo establecimiento ha costado
reflexión, esfuerzo y oración.
Al preparar obreros que cuiden de los enfermos, incúlquese en
el estudiante el pensamiento de que su objeto más elevado debe
ser siempre atender el bienestar espiritual de sus pacientes. Debe
aprender a repetir las promesas de la Palabra de Dios y ofrecer
diariamente oraciones fervientes, mientras se está preparando para
servir. Ayúdesele a comprender que debe recordar siempre a sus
pacientes la influencia suavizante y santificadora del gran Médico
misionero. Si se puede hacer comprender a los dolientes que Cristo
es su Salvador compasivo y lleno de simpatía, obtendrán el descanso
mental que es esencial para recobrar la salud.
Importancia del estudio de la Biblia
Si los estudiantes de medicina quieren estudiar la Palabra de
Dios diligentemente, estarán mucho mejor preparados para com-
prender sus otros estudios; porque siempre se obtiene iluminación
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de un fervoroso estudio de la Biblia. Ninguna otra cosa les ayudará
tanto como el estudio de las Escrituras para adquirir una memoria
retentiva. Comprendan nuestros obreros misioneros médicos que
cuanto mejor conozcan a Dios y a Cristo, y cuanto mejor se fami-
liaricen con la historia bíblica, tanto mejor preparados estarán para
hacer su obra.
Profesores fieles deben encargarse de las clases bíblicas, pro-
fesores que se esfuercen por hacer comprender sus lecciones a los
estudiantes, no porque les expliquen todo, sino porque les exijan
que expliquen claramente cada pasaje que lean. Recuerden estos
profesores que poco bien se logra recorriendo superficialmente la
Palabra. Para comprenderla se necesita investigación reflexiva y
estudio fervoroso y asiduo.
Cristo, el gran Médico misionero, vino a este mundo al precio de
un sacrificio infinito, a fin de enseñar a los hombres las lecciones que