Página 43 - Consejos para los Maestros (1971)

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Nuestros niños y jóvenes exigen nuestro cuidado
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niños y jóvenes. Los ojos de nuestros hermanos y hermanas deberían
ser ungidos con colirio celestial a fin de que pudieran discernir las
necesidades del momento. Debemos despertarnos para ver lo que es
necesario hacer en la viña espiritual de Cristo, e ir a trabajar.
Debe proveerse una educación liberal
Como pueblo que asevera tener una luz avanzada, hemos de
idear medios y recursos por los cuales producir un cuerpo de obreros
educados para los diversos departamentos de la obra de Dios. Nece-
sitamos, en nuestros sanatorios, en la obra misionera médica, en las
oficinas de publicación, en las asociaciones de los diversos estados
y en el campo en general, una clase de jóvenes bien disciplinada
y culta. Necesitamos hombres y mujeres jóvenes que tengan una
alta cultura intelectual, a fin de que puedan hacer la mejor obra para
el Señor. Hemos hecho algo en la realización de esta norma, pero
estamos muy por debajo de donde debiéramos estar.
Como iglesia, como individuos, si queremos estar sin culpa en
el juicio, debemos hacer esfuerzos más generosos para la educación
de nuestros jóvenes, a fin de que puedan estar mejor preparados
para las diversas ramas de la gran obra confiada a nuestras manos.
Debemos trazar planes sabios, para que las mentes ingeniosas de
los que tienen talentos puedan ser fortalecidas y disciplinadas de la
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manera más refinada, a fin de que la obra de Cristo no sea impedida
por falta de obreros hábiles, que harán su obra con fervor y fidelidad.
Todos han de ser preparados
La iglesia está dormida, y no comprende la magnitud de este
asunto de educar a los niños y los jóvenes. “¿Por qué—dice uno—
es necesario ser tan meticuloso para dar a nuestros jóvenes una
educación esmerada? Me parece que si se elige a unos pocos que
han decidido seguir una vocación literaria o alguna otra vocación
que requiera cierta disciplina, y se les presta la debida atención, es
todo cuanto es necesario hacer. No se requiere que toda la masa de
nuestra juventud sea tan bien preparada. ¿No bastará esto para hacer
frente a todo requerimiento esencial?”