Página 431 - Consejos para los Maestros (1971)

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Una visión más amplia
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En muchos casos, si los jóvenes promisorios son sabiamente
estimulados y debidamente dirigidos, podrán ser inducidos a su-
fragarse los gastos de sus estudios mediante la venta de
Lecciones
prácticas del gran Maestro
o
El ministerio de curación
. Al vender
estos libros, actuarán como misioneros; porque presentarán la luz a
la atención de la gente del mundo. Al mismo tiempo ganarán dinero
para poder asistir al colegio, donde podrán continuar su prepara-
ción para ser más útiles en la causa de Dios. Allí recibirán estímulo
e inspiración de maestros y estudiantes para seguir su trabajo de
vender libros; y cuando llegue el momento de salir del colegio, ha-
brán recibido tal preparación práctica, que los hará aptos para la
labor ardua, ferviente y abnegada que debe ser hecha en muchos
campos extranjeros, donde el mensaje del tercer ángel tiene que ser
proclamado en circunstancias difíciles y penosas.
¡Cuánto mejor es este plan que el de dejar que los estudiantes
vayan a la escuela sin obtener una educación práctica en el trabajo
del campo, y que al fin de su curso salgan cargados de deudas,
con muy poca comprensión de las dificultades que tendrán que
arrostrar en nuevos campos! ¡Cuán difícil será para ellos afrontar
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los problemas financieros relacionados con la obra de avanzada en
los países extranjeros! ¡Y qué carga tendrá que llevar alguien hasta
que hayan sido pagadas las deudas contraídas por el alumno!
Por otro lado, ¡cuánto podría ganarse si se siguiese el plan del
sostén propio! El estudiante se vería a menudo capacitado para
dejar la institución educativa casi o completamente libre de toda
deuda personal; las finanzas de la escuela estarían en condición
más próspera; y las lecciones aprendidas por el estudiante mientras
adquiría esta experiencia en su propio campo, le serían de valor
indecible en los campos extranjeros.
Trácense ahora planes sabios para ayudar a los alumnos meri-
torios a sufragar sus propios gastos por la venta de estos libros, si
así lo desean. Los que ganen así suficientes recursos para sufragar
los gastos de sus estudios cursados en una de nuestras escuelas,
adquirirán una experiencia práctica muy valiosa que los hará aptos
para el trabajo misionero de avanzada en otros campos.
Hay que hacer una gran obra en nuestro mundo y en un tiempo
corto; debemos estudiar para comprender y apreciar, más que en
años anteriores, la providencia de Dios al colocar en nuestras manos