Página 444 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 80—Las sociedades literarias
Se pregunta a menudo: ¿Son las sociedades literarias un be-
neficio para nuestros jóvenes? Para contestar debidamente a esta
pregunta, debemos considerar no solamente el propósito confesa-
do de las tales sociedades, sino la influencia que han ejercido en
realidad, según lo demuestra la experiencia. El mejoramiento del
espíritu es un deber que tenemos para con nosotros mismos, para
con la sociedad y para con Dios. Pero nunca debemos idear medios
de cultivar el intelecto a expensas de lo moral y lo espiritual. Y es
únicamente por el desarrollo armonioso de las facultades mentales
y morales como puede alcanzarse la más alta perfección de ambas.
¿Se obtienen estos resultados en las sociedades literarias tal como
se las dirige generalmente?
Las sociedades literarias están ejerciendo casi universalmente
una influencia contraria a la que indica su nombre. Según se condu-
cen generalmente, son un perjuicio para los jóvenes; porque Satanás
penetra en ellas para poner su sello sobre los ejercicios. Todo lo que
hace a los hombres viriles y a las mujeres dignas de ese nombre, está
reflejado en el carácter de Cristo. Cuanto menos haya de Cristo en
tales sociedades, tanto menos prevalecerá el elemento elevador, refi-
nador y ennoblecedor. Cuando los mundanos dirigen estas reuniones
a satisfacción de sus deseos, excluyen el espíritu de Cristo. La mente
se aparta de la reflexión seria, se desvía de Dios, de lo real y sus-
tancial, a lo imaginario y superficial. ¡Sociedades literarias! ¡Ojalá
que ese nombre expresase su verdadero carácter! ¿Qué es el tamo
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comparado con el trigo?
Los propósitos y objetos que conducen a la formación de las so-
ciedades literarias pueden ser buenos; pero a menos que la sabiduría
de Dios controle estas organizaciones, constituirán positivamente
un mal. Se admite generalmente a los irreligiosos y no consagrados
de corazón y vida, y con frecuencia se los coloca en los puestos de
más responsabilidad. Pueden adoptarse reglas y reglamentos que se
consideren suficientes para mantener en jaque cualquier influencia
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