La educación correcta
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satisfacerlos que privarlos de aquello por lo cual claman. Así siem-
bran ellas las semillas que brotarán y darán frutos. No se les enseña
a los niños a dominar los apetitos y restringir sus deseos, y así se
vuelven egoístas, exigentes, desobedientes, ingratos y profanos. Las
madres que están haciendo esto cosecharán con amargura el fruto
de la semilla que han sembrado. Han pecado contra el cielo y contra
sus hijos, y Dios las tendrá por responsables.
Si la educación de las generaciones pasadas se hubiese dirigido
de acuerdo con un plan completamente diferente, los jóvenes de esta
generación no serían tan depravados e indignos. Los dirigentes y
maestros de las escuelas debieran haber comprendido la fisiología,
y haber tenido interés no sólo por educar a los jóvenes en las cien-
cias, sino por enseñarles a conservar la salud, a fin de que pudiesen
emplear su conocimiento de la manera más útil posible después de
haberlo obtenido...
Regulación del trabajo y la recreación
A fin de que los niños y los jóvenes tengan salud, alegría, vivaci-
dad, y músculos y cerebros bien desarrollados, deben estar mucho
al aire libre, tener trabajo y recreación bien regulados. Los niños
y los jóvenes a quienes se los mantiene en la escuela, atados a los
libros, no pueden tener sana constitución física. El ejercicio del ce-
rebro en el estudio sin el correspondiente ejercicio físico, tiende a
atraer la sangre al cerebro y desequilibra su circulación a través del
organismo. El cerebro tiene demasiada sangre y ésta falta en las
extremidades. Debe haber reglas para regir y limitar los estudios
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de los niños y los jóvenes a ciertas horas, y luego una parte de su
tiempo tiene que dedicarse a la labor física. Si sus hábitos de comer,
vestir y dormir están de acuerdo con la ley natural, pueden educarse
sin sacrificar la salud física y mental...
Relacionados con las escuelas debe haber establecimientos para
la ejecución de ciertas ramas del trabajo, que proporcionen a los
alumnos empleo y ejercicio necesario fuera de las horas de estudio.
El trabajo de los alumnos y sus recreaciones debieran haberse regu-
lado de acuerdo con la ley física, y debieran haberse adaptado para
conservarles en tono saludable todas las facultades del cuerpo y de