Prefacio
Ya en el año 1872 los adventistas del séptimo día comenzaron a
recibir consejos concernientes a la educación cristiana, que emana-
ban de la pluma de Elena G. de White. El primer artículo abarcante
sobre el tema mencionado se tituló “La educación debida”, y ha
sido publicado en.
Testimonies for the Church 3:131-160
. En las
30 páginas de este artículo es posible encontrar, en embrión o ya
bien desarrollado, cada principio fundamental que debiera dirigir
la educación y la enseñanza de los niños y jóvenes. Por muy revo-
lucionarios que puedan haber parecido algunos de estos conceptos
en el momento cuando fueron escritos, hoy son reconocidos como
válidos y apoyados por pensadores pedagógicos progresistas. Los
adventistas pueden considerarse legítimamente como muy favore-
cidos por haber aparecido estos esquemas básicos de los principios
educacionales en su literatura en una época tan temprana.
Ese breve pero abarcante bosquejo o plan general, dado para en-
caminarnos por la senda educacional correcta, fue seguido posterior-
mente por consejos adicionales y más detallados que han reiterado
esos principios sentados al comienzo, han expandido su aplicación
e instado a adoptarlos. Las obritas
Christian Education
y
Special
Testimonies on Education,
publicadas en la década del 90, puso estos
mensajes al alcance del público.
Finalmente, en el año 1903, el libro
La educación,
obra maestra
en el terreno de la formación del carácter, fue ofrecido por Elena G.
de White al público lector en general. Esta obra se ha reimpreso mu-
chas veces y ha sido traducida a numerosos idiomas, y de este modo
sus útiles mensajes han alcanzado a decenas de miles de personas
en los EE. UU. y en otros países. Pero las detalladas instrucciones
especiales, dirigidas específicamente a los adventistas, no pudieron
[6]
incluirse en esta obra tan popular destinada a una distribución más
bien general; y como los libros anteriores sobre el tema se habían
agotado, una parte considerable de los mencionados consejos espe-
cíficos de gran valor para nosotros, ya no podía conseguirse. Para
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