Página 88 - Consejos para los Maestros (1971)

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Capítulo 12—Comportamiento de los estudiantes
Los estudiantes que profesan amar a Dios y obedecer la verdad
deben poseer un grado de dominio propio y fortaleza en los princi-
pios religiosos que los habilite para permanecer inconmovibles en
medio de las tentaciones y para destacarse por Jesús en el colegio,
en sus casas de pensión o dondequiera que estén. La religión no está
destinada a ser llevada simplemente como un manto en la casa de
Dios; los principios religiosos deben caracterizar toda la vida. Los
que están bebiendo de la fuente de la vida no manifestarán, como
los mundanos, un deseo vehemente de cambio y de placer. En su
comportamiento y carácter se verán el reposo, la paz y la felicidad
que han hallado en Jesús, echando diariamente sus perplejidades y
cargas a sus pies. Demostrarán que en la senda de la obediencia y el
deber hay contentamiento y gozo. Ejercerán sobre sus condiscípulos
una influencia que sentirá toda la escuela.
Los que componen este ejército fiel, refrigerarán y fortalecerán
a los maestros, al apagar toda especie de infidelidad, discordia y
negligencia en cuanto a cumplir las reglas y los reglamentos. Su
influencia será salvadora, y sus obras no perecerán en el gran día
de Dios, sino que los seguirán al mundo futuro; y el ejemplo de
su vida terrenal se hará sentir a través de las edades sin fin de la
eternidad. Un joven ferviente, concienzudo y fiel en una escuela es
un tesoro inestimable. Los ángeles del cielo lo miran con amor, y
en el libro mayor del cielo se registra toda obra de justicia, cada
tentación resistida, cada mal vencido. Ese joven está echando un
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buen fundamento para el futuro, a fin de poder obtener la vida eterna.
De los jóvenes cristianos depende en gran medida la conserva-
ción y perpetuidad de las instituciones que Dios dispuso como medio
de hacer progresar su obra. Nunca hubo un período en el cual, de una
generación de hombres, dependiesen resultados tan importantes. Por
lo tanto, ¡cuán importante es que los jóvenes estén calificados para
esta gran obra, a fin de que Dios pueda usarlos como instrumentos
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