Comportamiento de los estudiantes
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suyos! Su Hacedor tiene sobre ellos derechos que superan a todos
los demás.
Dios es quien ha dado la vida, y toda dote física y mental que
posean los jóvenes. Les ha concedido capacidades que ellos pueden
perfeccionar sabiamente, a fin de hacer una obra tan duradera co-
mo la eternidad. En reconocimiento de sus grandes dones, él pide
que cultiven y ejerciten debidamente las facultades intelectuales y
morales. No les dio estas facultades simplemente para que se divir-
tieran, ni para que abusaran de ellas obrando contra su voluntad y su
providencia, sino para hacer progresar el conocimiento de la verdad
y la santidad en el mundo. En respuesta a su continua e infinita
benevolencia y misericordia, él reclama su bondad, su veneración y
su amor. El requiere con justicia obediencia a sus leyes y a todos los
reglamentos sabios que refrenarán y protegerán a la juventud contra
las trampas de Satanás, y la conducirán por sendas de paz.
El carácter desenfrenado y temerario de muchos jóvenes de esta
época del mundo causa pena. Si los jóvenes pudiesen ver que al
cumplir con las leyes y reglamentos de nuestras instituciones no
están haciendo sino algo que mejorará su posición en la sociedad,
elevará su carácter, ennoblecerá su mente y acrecentará su felicidad,
no se rebelarían contra las reglas justas y los requisitos sanos, ni se
dedicarían a crear sospechas y prejuicios contra estas instituciones.
Con energía y fidelidad los jóvenes deben arrostrar las exigencias
que se les hacen; y eso será una garantía de éxito. Los jóvenes que
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nunca hayan triunfado en los deberes temporales de la vida estarán
igualmente sin preparación para dedicarse a los deberes superiores.
La experiencia religiosa se obtiene solamente por el conflicto, por
los chascos, por severa disciplina propia y por la oración ferviente.
Los pasos que llevan hacia el cielo deben darse uno a la vez; y cada
paso nos da fuerza para el siguiente.
El trato con los demás
Mientras están en la escuela, los estudiantes no deben permitir
que su mente se confunda con pensamientos de noviazgo. Están
allí para obtener idoneidad para trabajar por Dios, y este pensa-
miento debe predominar. Adquieran los estudiantes una visión tan
amplia como sea posible de sus obligaciones hacia Dios. Estudien