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Consejos para los Maestros
de la carne”.
Romanos 13:14
. Resolved dar éxito a la escuela. Si
queréis prestar atención a las instrucciones dadas en la Palabra
de Dios, podréis salir con un desarrollo de la fuerza intelectual y
moral que dará ocasión de regocijo aun a los ángeles, y Dios se
gozará por vosotros con cántico. Bajo esta disciplina obtendréis el
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más pleno desarrollo de vuestras facultades. No permitáis que la
euforia y la concupiscencia de la juventud, por múltiples tentaciones,
hagan fracasar vuestro día de oportunidad y privilegio. Día tras día,
revestíos de Cristo; y durante el breve período de vuestra prueba
aquí en la tierra, mantened vuestra dignidad en la fuerza de Dios,
como colaboradores con los más altos agentes del cielo.
Es privilegio del maestro fiel cosechar, día tras día, los resultados
de su paciente y perseverante trabajo de amor. Tiene oportunidad
de observar el crecimiento de las tiernas plantas mientras echan
sus brotes y florecen, y dan frutos de orden, puntualidad, fidelidad,
esmero y verdadera nobleza de carácter. Tiene la oportunidad de ver
crecer y fortalecerse el amor por la verdad y la justicia en aquellos
niños y jóvenes de los cuales es responsable. ¿Qué podría darle
mayor recompensa que ver a sus alumnos desarrollar un carácter
que los hará hombres y mujeres nobles y útiles, idóneos para ocupar
posiciones de responsabilidad y confianza, hombres y mujeres que
en lo futuro ejercerán el poder de mantener en jaque a las malas
influencias, y ayudarán a disipar las tinieblas morales del mundo?
Mientras el maestro despierta en la mente de sus alumnos una
comprensión de las posibilidades que tienen delante de sí, mientras
les hace aprender la verdad para que puedan llegar a ser hombres
y mujeres útiles, nobles y dignos de confianza, pone en movimien-
to tales olas de influencia que, después que él mismo haya bajado
al descanso, avanzarán siempre más, dando gozo a los afligidos e
inspirando esperanza a los desalentados. Mientras él enciende en
su mente y corazón la lámpara del esfuerzo ferviente, queda recom-
pensado al ver sus brillantes rayos destacarse en toda dirección,
iluminando no solamente la vida de los pocos que se sientan diaria-
mente ante él para recibir instrucción, sino también por intermedio
de ellos, la vida de muchos otros.
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