Página 91 - Consejos para los Maestros (1971)

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Comportamiento de los estudiantes
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camino, era mejor que volviesen a sus hogares y a la custodia de sus
padres. Eso lo podían hacer en cualquier momento, si decidían no
permanecer bajo el yugo de la obediencia; porque no queríamos que
algunos alumnos destacados en el mal desmoralizasen a los demás.
Dije al director y a los maestros que Dios les había impuesto
la responsabilidad de velar por las almas como quienes deben dar
cuenta. Les mostré que si la mala conducta de algunos alumnos
continuaba, extraviaría a otros estudiantes y Dios haría responsables
de esto a los maestros. Asistirían a la escuela algunos alumnos que
no habían sido disciplinados en casa, y que tenían ideas pervertidas
acerca de la debida educación y su valor. Si se les permitía hacer
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las cosas a su manera, quedaría derrotado el propósito por el cual se
estableció la escuela, y el pecado sería imputado a los guardianes de
ella, como si lo hubiesen cometido ellos mismos.
Dios tiene a cada uno por responsable de la influencia que rodea
a su alma, ya sea por causa de sí mismo o de los demás. El invita
a los jóvenes y a las señoritas a ser estrictamente templados y con-
cienzudos en el empleo de las facultades de su mente y de su cuerpo.
Tan sólo por el uso más diligente de sus oportunidades y el sabio
empleo de sus potencias para la gloria de Dios y el beneficio de sus
semejantes es como puede desarrollarse debidamente su capacidad.
Saber lo que constituye pureza de la mente, el alma y el cuerpo,
es parte importante de la educación. Pablo resumió las realizaciones
posibles para Timoteo diciéndole: “Consérvate puro”.
1 Timoteo
5:22
. El hijo de Dios no se entregará a la impureza en pensamiento,
palabra o acción. A los que venzan las malas prácticas se les ofrece
todo estímulo y las más ricas bendiciones, pero se imponen las más
terribles penalidades a los que profanan el cuerpo y mancillan el
alma.
Maestros, bienaventurados son los de limpio corazón—
ahora;
no, bienaventurados serán los de limpio corazón. “Bienaventurados
los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.
Mateo 5:8
. Sí,
como Moisés, podrán soportar la visión de Aquel que es invisible.
Tienen aseguradas las más ricas bendiciones, tanto en esta vida como
en la venidera.
Alumnos, si veláis y oráis, y hacéis esfuerzos fervientes en la
debida dirección, estaréis cabalmente imbuidos del espíritu de Cristo.
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos