Página 193 - Consejos sobre Mayordom

Basic HTML Version

Ofrendas voluntarias
189
Cada mayordomo fiel debería estar más ansioso de aumentar
la porción de donativos que coloca en la tesorería del Señor antes
que en disminuir su ofrenda en una jota o una tilde. ¿A quién está
sirviendo? ¿Para quién está preparando una ofrenda? Para Aquel de
quien depende para recibir todas las buenas cosas de las que disfruta.
Por lo tanto, que ninguno de nosotros que recibe la gracia de Cristo
dé ocasión para que los ángeles se avergüencen de nosotros y para
que Jesús se avergüence de llamarnos hermanos.
¿Cultivaremos la ingratitud y la pondremos de manifiesto por
medio de nuestras prácticas mezquinas al dar para la causa de Dios?
¡No, no! Entreguémonos a nosotros mismos como un sacrificio vivo
y demos nuestro todo a Jesús. Todo le pertenece; somos una posesión
adquirida por él. Los que reciben su gracia, los que contemplan la
cruz del Calvario, no tendrán duda acerca de la proporción que
deben dar, sino que comprenderán que la ofrenda más cuantiosa
carece de valor y no puede compararse con el gran don del Hijo
unigénito del Dios infinito. Por medio de la abnegación hasta el
más pobre encontrará la manera de conseguir algo para devolverlo a
Dios.—
The Review and Herald, 14 de julio de 1896
.
[212]