Página 61 - Consejos sobre Mayordom

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Llamamiento a una mayor diligencia
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Y sin embargo, cuán verdaderas son estas palabras del apóstol:
“Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús”.
Filipenses 2:21
. Las obras de muchos cristianos no corresponden
con el nombre que llevan. Obran como si nunca hubieran oído acerca
del plan de redención llevado a cabo a un costo infinito. La mayoría
procura forjarse fama en el mundo; adopta las formas y ceremonias
mundanas, y vive para satisfacer la complacencia propia. Esta gente
sigue en pos de sus propios designios con tanta ansiedad como lo
hace el mundo, y así suprime su poder para ayudar a establecer el
reino de Dios...
La obra de Dios, que debería progresar con diez veces más fuer-
za de la que posee actualmente, es retardada, como la primavera es
detenida por los helados vientos del invierno, debido a que algu-
nos cristianos profesos se están apoderando para sí mismos de los
recursos que deberían dedicar a su servicio. Debido a que el amor
abnegado de Cristo no está entretejido con las prácticas de la vida,
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la iglesia es débil cuando debería ser fuerte. Debido a su propio
proceder ha apagado su luz y con esto ha privado a millones del
Evangelio de Cristo...
¿Cómo pueden aquellos por quienes Cristo sacrificó tanto conti-
nuar disfrutando egoístamente de sus dones? Su amor y abnegación
no tienen paralelo; y cuando este amor entra en la experiencia de sus
seguidores, éstos identificarán sus intereses con los de su Redentor.
Su obra contribuirá a edificar el reino de Cristo. Se consagrarán a
sí mismos y a sus posesiones a él, y se usarán ellos mismos y sus
riquezas como la causa lo requiera.
Esto no es nada más que lo que Jesús espera de sus seguidores.
Ningún individuo que tenga delante de él un objetivo tan grandioso
como es la salvación de las almas experimentará pérdida al inventar
maneras de negarse a sí mismo. Esto constituirá una obra individual.
Todo lo que podamos dar fluirá hacia la tesorería del Señor para
ser usado en la proclamación de la verdad, para que el mensaje
de la pronta venida de Cristo y las exigencias de su ley puedan ser
proclamados en todas partes en el mundo. Hay que enviar misioneros
para que hagan esta obra.
El amor de Cristo en el alma se revelará en palabras y acciones.
El reino de Cristo ocupará el lugar más destacado. Se colocará el
yo como sacrificio voluntario sobre el altar de Dios. Todos los que