Capítulo 27—Alegría y agradecimiento
Haya una dulce influencia en el hogar
—Sobre todo, rodeen
los padres a sus hijos de una atmósfera de alegría, cortesía y amor.
En el hogar donde habita el amor y se expresa en miradas, palabras
y actos, los ángeles se complacen en manifestar su presencia.
Padres, dejad entrar en vuestros corazones los rayos de sol del
amor, de la jovialidad y del feliz contentamiento, y permitid que su
dulce y preciosa influencia compenetre vuestro hogar. Manifestad
un espíritu bondadoso y tolerante; fomentadlo también en vuestros
hijos, cultivando todas las gracias que iluminarán vuestra vida fa-
miliar. La atmósfera así creada será para los hijos lo que son el aire
y el sol para la vegetación y promoverán la salud y el vigor de la
mente y del cuerpo.—
El Ministerio de Curación, 300
.
El rostro manifieste alegría
—En la religión de Jesús no hay
ninguna cosa sombría. Al paso que hay que evitar cuidadosamente
toda liviandad, frivolidad, y chanzas, las cuales el apóstol dice que
no son convenientes, hay un dulce descanso y reposo en Jesús que
se manifestará en el rostro. Los cristianos no han de estar tristes,
deprimidos y desesperados. Han de ser serenos y, sin embargo,
deben mostrar al mundo un gozo que únicamente la gracia puede
impartir.—
The Review and Herald, 15 de abril de 1884
.
Los niños son atraídos por una conducta alegre y animosa. Mos-
tradles bondad y cortesía y ellos manifestarán el mismo espíritu
hacia vosotros y entre sí.—
La Educación, 235
.
Educad el alma para manifestar alegría y agradecimiento, y para
que exprese gratitud a Dios por el gran amor con el cual nos ha
amado. . . . El gozo del cristiano es la belleza de la santidad.—
The
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Youth’s Instructor, 11 de julio de 1895
.
Pronunciad palabras agradables y alegres
—Las palabras
agradables y alegres no cuestan más que las palabras desagrada-
bles y tristes. ¿Os desagrada que os dirijan palabras duras? Recordad
que cuando vosotros habláis esas palabras otros sienten la espina. . . .
Padres, llevad a vuestro hogar la piedad práctica. Los ángeles no son
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