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Formas en las que se arruina el carácter
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¡Oh, si las madres tan sólo obraran con sabiduría, con serenidad
y determinación, para educar y subyugar los caracteres carnales de
sus hijos, cuántos pecados no serían cortados en flor, y qué cúmulo
de aflicciones no se ahorraría la iglesia!...Muchas almas se perderán
para siempre debido a la negligencia de los padres para disciplinar
correctamente a sus hijos y enseñarles sumisión a la autoridad en
su juventud. El pasar por alto las faltas y suavizar los estallidos de
violencia no está poniendo el hacha a la raíz del mal, sino que evi-
dencia la ruina de miles de almas. ¡Oh, cómo responderán los padres
a Dios por su horrenda negligencia hacia su deber!—
Testimonies
for the Church 4:92, 93
.
Por la negligencia que juguetea con el pecado
—Los niños
necesitan cuidado vigilante y orientación como nunca antes, porque
Satanás está esforzándose por obtener el control de sus mentes y
corazones y arrojar fuera el Espíritu de Dios. El horrendo estado de la
juventud de este tiempo constituye una de las señales más poderosas
de que estamos viviendo en los últimos días, pero la ruina de muchos
puede ser rastreada directamente hasta la equivocada conducción de
sus padres. El espíritu de murmuración contra el reproche ha estado
echando raíces y está dando sus frutos de insubordinación. Al paso
que los padres no están conformes con el carácter que sus hijos están
desarrollando, no atinan a ver los errores que cometen ellos en lo
que hacen. . . .
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Dios condena la negligencia que coquetea con la transgresión y
el pecado, y la insensibilidad tardía para detectar su maligna presen-
cia en las familias de los profesos cristianos.—
Testimonies for the
Church 4:199, 200
.
Por la falta de sujeción
—A causa de que [los padres] no res-
tringen y orientan debidamente a sus hijos, miles están desarrollando
caracteres deformes, con una moral relajada y con poca preparación
en los deberes prácticos de la vida. Se les permite que obren a su
arbitrio con sus impulsos, su tiempo y sus facultades mentales. La
pérdida que esos talentos descuidados significa para la causa de Dios
está a la puerta de los padres y madres; y, ¿qué excusa presentarán
al Señor cuyos mayordomos son y a quienes se les ha confiado el
sagrado deber de preparar las almas a su cargo para desarrollar todas
sus facultades para la gloria de su Creador?—
Testimonies for the
Church 5:326
.