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Conducción del Niño
obedecer las leyes de Dios en la estructura física de ellos; pues la
salud tiene mucho que ver con su intelecto y su moral. Si gozan de
salud y pureza de corazón, están mejor preparados para vivir y ser
una bendición para el mundo. Equilibrar su mente en la dirección
adecuada y en el momento adecuado es una obra importantísima,
pues muchísimo depende de una decisión hecha en el momento
crítico.
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Cuán importante es pues que la mente de los padres esté libre
en todo lo posible de la perplejidad y el cuidado anheloso de cosas
innecesarias, para que puedan pensar y actuar con consideración
tranquila, sabiduría y amor, haciendo de la salud física y moral de
sus hijos el primero y más elevado objetivo.—
The Health Reformer,
diciembre de 1872
.
Los padres se preguntan por qué sus hijos son mucho más difí-
ciles de encauzar de lo que ellos fueron, cuando en la mayoría de
los casos su propia dirección criminal los ha hecho así. La clase
de alimento que ponen sobre la mesa y que instan a sus hijos a
que coman, continuamente está excitando sus pasiones animales y
debilitando las facultades morales e intelectuales.—
Pacific Health
Journal, octubre de 1897
.
El alimento puro es esencial para la mente
—Educad las fa-
cultades y gustos de vuestros seres amados; procurad que su mente
esté ocupada de antemano de modo que no haya lugar para pensa-
mientos o complacencias de carácter bajo y degradante. La gracia de
Cristo es el único antídoto o preventivo del mal. Si lo queréis, podéis
elegir que la mente de vuestros hijos esté ocupada con pensamientos
puros y límpidos o con los males que existen por doquiera: orgullo y
olvido de su Redentor. La mente, a semejanza del cuerpo, necesita de
alimento puro a fin de disfrutar de salud y fortaleza. Dad a vuestros
hijos algo para pensar que esté fuera de ellos y por encima de ellos.
La mente que vive en una atmósfera pura y santa no llegará a ser
trivial, frívola, vana y egoísta.—
Carta 27, 1890
.
Vivimos en un tiempo cuando todo lo que es falso y superficial
se exalta por encima de lo real, lo natural y lo duradero. La mente
debe estar exenta de todo lo que la lleve en una dirección equivocada.
No debiera ser sobrecargada con relatos baladíes que no añaden for-
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taleza a las facultades mentales. Los pensamientos serán del mismo