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Propósitos de la disciplina
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piadoso pueden conducirlos a Cristo, y ellos a su vez influirán en
otros, y así se salvarán muchas almas por vuestro medio.—
The Signs
of the Times, 9 de febrero de 1882
.
Observemos cuidadosamente y comencemos a recoger nuestros
puntos corridos.
Derribemos los baluartes del enemigo. Corrijamos
misericordiosamente a nuestros amados y preservémoslos del poder
del enemigo. No os desaniméis.—
The Review and Herald, 16 de
julio de 1895
.
Enseñad el respeto a las autoridades divina y paterna
—Los
hijos . . . debieran ser preparados, educados y disciplinados hasta
que lleguen a ser obedientes a sus padres, respetando su autoridad.
En esta forma el respeto a la autoridad divina será implantado en
su corazón y la educación de la familia será como una escuela
preparatoria para la familia celestial. La educación de los niños y
jóvenes debiera ser de tal carácter que los hijos estén preparados para
asumir sus deberes religiosos y quedar así preparados para entrar
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en las cortes celestiales.—
The Review and Herald, 13 de marzo de
1894
.
El que es la fuente de todo conocimiento ha fijado las condi-
ciones de nuestra idoneidad para entrar en el cielo de los bienaven-
turados con estas palabras: “Bienaventurados los que guardan sus
mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y
que entren por las puertas en la ciudad”. La obediencia a los manda-
mientos de Dios es el precio del cielo, y la obediencia a los padres
en el Señor es la lección importantísima que deben aprender los
hijos.—
Manuscrito 12, 1896
.
Obediencia por principio y no a la fuerza
—Decid a vuestros
hijos exactamente lo que requerís de ellos. Comprendan entonces
que vuestra palabra es ley y debe ser obedecida. Así los estáis
educando para que respeten los mandamientos de Dios, . . . es
mucho mejor que vuestros muchachos obedezcan por principio y no
a la fuerza.—
The Review and Herald, 15 de septiembre de 1904
.
Una lección de confianza implícita
—Isaac queda atado por
las manos temblorosas y amantes de su padre compasivo, porque
Dios lo ha dicho. El hijo se somete al sacrificio, porque cree en
La hermana White emplea esta figura propia del arte de tejer, fácilmente comprensi-
ble para las madres.
N. del T
.