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Las reacciones de los hijos
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tonos ásperos y faltos de simpatía; pues las palabras así pronunciadas
irritan los oídos, desgastan los nervios, causan sufrimiento mental y
crean un estado de mente que hace imposible dominar el carácter del
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niño al cual se hablan esas palabras. Con frecuencia, ésta es la razón
por la cual los niños hablan irrespetuosamente a sus padres.—
Carta
47a, 1902
.
Al ridículo y a la mofa
—Ellos [los padres] no están autorizados
para impacientarse, regañar y ridiculizar. Nunca debieran mofarse de
sus hijos que tienen rasgos perversos de carácter, que ellos mismos
les han transmitido. Este tipo de disciplina nunca curará el mal.
Padres, emplead los preceptos de la Palabra de Dios para amonestar
y reprobar a vuestros hijos extraviados. Mostradles un “así dice
Jehová” para vuestras órdenes. Un reproche que emana de la Palabra
de Dios es mucho más efectivo que el que es presentado con tonos
ásperos y enojados por los labios de los padres.—
Fundamentals of
Christian Education, 67, 68
.
A la impaciencia
—La impaciencia de los padres excita la de
los hijos. La ira manifestada por los padres, crea ira en los hijos,
y despierta lo malo de su naturaleza. . . . Cada vez que pierden el
dominio propio, y hablan y obran con impaciencia, pecan contra
Dios.—
Joyas de los Testimonios 1:148
.
A las reprimendas alternadas con ruegos
—He visto con fre-
cuencia a niños a quienes se les negó algo que querían, arrojarse al
suelo enojados, dando puntapiés y gritando, mientras que la madre
poco juiciosa alternativamente suplicaba y regañaba con la espe-
ranza de restaurar el buen humor en su hijo. Este proceder tan sólo
fomenta las pasiones del niño. La próxima vez procederá de la mis-
ma manera con terquedad aumentada, confiando en ganar la victoria
como antes. Así se escatima la vara y se echa a perder al hijo.
La madre no debiera permitir que su niño ganara terreno sobre
ella ni una sola vez. Y, a fin de mantener esta autoridad, no es
necesario recurrir a medídas ásperas. Una mano firme y constante
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y la bondad que convence al niño de vuestro amor realizarán el
propósito.—
Pacific Health Journal, abril de 1890
.
A la falta de firmeza y decisión
—Gran daño se hace por la falta
de firmeza y decisión. He conocido algunos padres que decían: No te
voy a dar esto o aquello, y después cedían pensando que habían sido
demasiado estrictos, y daban al niño justamente lo que al principio