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Conducción del Niño
censuras o reproches que los niños no merecieron. Padres, esta con-
ducta para con vuestros hijos destruye su alegría y ambición. Ellos
cumplen vuestras órdenes, no por amor, sino porque no se atreven a
obrar de otro modo. No ponen su corazón en el asunto. Les resulta
un trabajo penoso en vez de un placer; y a menudo por esto mismo
se olvidan de seguir todas vuestras indicaciones, lo cual acrece vues-
tra irritación y empeora la situación de los niños. Las censuras se
repiten; se les pinta con vivos colores su mala conducta, hasta que
el desaliento se posesiona de ellos, y no les interesa agradaros. Se
apodera de ellos un espíritu que los impulsa a decir: “A mí qué me
importa”, y van a buscar fuera del hogar, lejos de sus padres, el placer
y deleite que no encuentran en casa. Frecuentan las compañías de la
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calle, y pronto se corrompen tanto como los peores.—
Joyas de los
Testimonios 1:133, 134
.
A una conducta arbitraria
—La voluntad de los padres debe
colocarse bajo la disciplina de Cristo. Modelados y regidos por el
puro Espíritu Santo de Dios, pueden ejercer dominio incuestionable
sobre los hijos. Pero si los padres son severos y demandan demasiado
en su disciplina, hacen una obra que ellos mismos no pueden nunca
deshacer. Debido a esa conducta arbitraria, despiertan un sentimiento
de injusticia.—
Manuscrito 7, 1899
.
A la injusticia
—Los niños son sensibles a la menor injusticia,
y algunos se desaniman con ella y nunca harán más caso a la voz
alta y enojada en que se dan las órdenes, ni harán caso de amenazas
de castigos. Con demasiada frecuencia se provoca la rebelión en
el corazón de los niños debido a una disciplina equivocada de los
padres, cuando, si se hubiera seguido la conducta debida, los niños
hubieran formado caracteres buenos y armoniosos. Una madre que
no tiene un perfecto dominio de sí misma, no está capacitada para
manejar niños.—
Testimonies for the Church 3:532, 533
.
A una sacudida o a un golpe
—Cuando la madre da a su niño
una sacudida o un golpe, ¿creéis que esto lo capacita para ver la
belleza del carácter cristiano? No ciertamente; tan sólo tiende a
crear malos sentimientos en el corazón y el niño no es corregido en
nada.—
Manuscrito 45, 1911
.
A las palabras ásperas y faltas de simpatía
—Cristo está listo
para educar al padre y a la madre a fin de que sean verdaderos
educadores. Los que estudian en su escuela . . . nunca hablarán en