Página 282 - Conducci

Basic HTML Version

278
Conducción del Niño
por las laderas de la montaña, a la ida y al regreso de su humilde
trabajo. Los ángeles no fueron enviados para ayudarle a subir por el
cansador camino empinado o para prestarle su fortaleza para realizar
su humilde tarea. Sin embargo, cuando salía para contribuir al sos-
tén de la familia mediante su trabajo diario, poseía el mismo poder
que cuando efectuó el milagro de alimentar a cinco mil personas
hambrientas a la orilla del mar de Galilea.
Pero no usó su poder divino para disminuir sus cargas o aliviar
su trabajo. Había tomado sobre sí la forma de la humanidad con
todas sus enfermedades inherentes y no se desprendió de sus severas
pruebas. Vivió en el hogar de un aldeano, vestido con ropas burdas,
se entremezcló con los humildes, trabajaba cada día con manos
pacientes. Su ejemplo nos muestra que el deber del hombre es ser
industrioso, que el trabajo es honorable.—
The Health Reformer,
octubre de 1876
.
Durante largo tiempo, Jesús moró en Nazaret sin ser honrado
ni conocido, a fin de que pudiera enseñar a los hombres a vivir
cerca de Dios mientras desempeñan los humildes deberes de la vida.
Era un misterio para los ángeles que Cristo, la Majestad del cielo,
condescendiera no sólo en revestirse con la humanidad, sino en
llevar sus cargas más pesadas y sus oficios más humillantes. Hizo
esto a fin de convertirse en uno como nosotros, para que pudiera
[325]
familiarizarse con las faenas, los dolores y las fatigas de los hijos de
los hombres.—
The Health Reformer, octubre de 1876
.
Despiértese la ambición de cumplir tareas útiles
—En los ni-
ños y los jóvenes debe despertarse la ambición de obtener su ejerci-
cio haciendo algo que los beneficie a sí mismos y a los demás. El
ejercicio que desarrolla la mente y el carácter, que enseña a las manos
a ser útiles, que educa a los jóvenes para que lleven su parte de las
cargas de la vida, es lo que da fuerza física y vivifica toda facultad.
Y hay una recompensa en la laboriosidad virtuosa, en el cultivo del
hábito de vivir haciendo bien.—
Consejos para los Maestros Padres
y Alumnos, 139
.
Es necesario enseñar a los jóvenes que la vida significa trabajo
serio, responsabilidad, preocupación. Necesitan una preparación
que los haga prácticos, que haga de ellos hombres y mujeres que
puedan hacer frente a las emergencias. Debería enseñárseles que
la disciplina del trabajo sistemático y bien regulado es esencial no