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La preparación para la vida práctica
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sólo como salvaguardia contra las vicisitudes de la vida, sino como
ayuda para un desarrollo completo.—
La Educación, 211
.
El trabajo físico no es degradante
—Es un error popular entre
una clase muy numerosa el considerar el trabajo como degradante;
por eso los jóvenes anhelan educarse para ser maestros, dependien-
tes, comerciantes, abogados y ocupar casi cualquier puesto que no
requiera trabajo físico. Las jóvenes consideran el trabajo doméstico
como humillante. Y aunque el ejercicio físico requerido para las
labores domésticas, si no es demasiado severo, es apropiado pa-
ra fomentar la salud, procuran para educarse aquello que las hará
idóneas para llegar a ser maes-tras o dependientes, o aprender al-
gún oficio que las encerrará entre cuatro paredes, o algún empleo
sedentario.—
Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 222,
223
.
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El mundo está lleno de jóvenes de ambos sexos que se jactan de
ignorar todo trabajo útil; y son casi invariablemente frivolos, vanos,
amantes de la ostentación, desdichados, insatisfechos y, con dema-
siada frecuencia, disipados y carentes de principios. Tales caracteres
son un borrón en la sociedad y una desgracia para sus padres.—
The
Health Reformer, diciembre de 1877
.
Nadie debiera avergonzarse del trabajo, aunque parezca pequeño
y servil. El trabajo es ennoblecedor. Todos los que trabajan asidua-
mente con la mente o las manos son obreros u obreras. Y todos están
cumpliendo con su deber y honrando a su religión, tanto mientras la-
van la ropa o los platos como cuando van a una reunión. Mientras las
manos se ocupan en las labores más comunes, la mente debe ser ele-
vada y ennoblecida por pensamientos puros y santos.—
Testimonies
for the Church 4:590
.
Los jóvenes deben ser amos y no esclavos del trabajo
—Los
jóvenes debieran ser inducidos a ver la verdadera dignidad del tra-
bajo.—
La Educación, 210
.
Un poderoso motivo por el cual se menosprecia el trabajo físico
es la forma descuidada e irreflexiva en que tan a menudo se realiza.
Es hecho por necesidad y no por gusto. El obrero no le dedica su
corazón ni tampoco conserva el respeto propio ni conquista el de
otros. La educación manual debería corregir este error. Debería
desarrollar hábitos de exactitud y prolijidad. Los alumnos deberían
aprender a tener tacto y sistema; deberían aprender a economizar