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Temperancia en todas las cosas
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en forma racional, tranquila y saludable.—
Christian Temperance
and Bible Hygiene, 155
.
Cuidado especial de no comer demasiado
—En nueve casos de
diez, hay más peligro en comer demasiado que en comer de menos.
. . . Hay muchos enfermos que no padecen de ninguna enfermedad.
La causa de sus dolencias es la complacencia del apetito. Piensan
que si el alimento es saludable, pueden comer todo lo que les plazca.
Este es un gran error. Las personas cuyas facultades [funciones
biológicas] están debilitadas, debieran comer una cantidad moderada
de alimento, y aun limitada. El organismo entonces estará capacitado
para hacer su obra bien y fácilmente y se ahorrará una gran cantidad
de sufrimiento.—
Manuscrito 1, 1876
.
No neguéis a Dios por un acto de intemperancia
—Hemos
sido comprados con un precio. Por lo tanto. debemos glorificar a
Dios en nuestro cuerpo y nuestro espíritu que son suyos. No hemos
de negarlo por un acto de intemperancia, pues el unigénito Hijo de
Dios nos ha comprado a un costo infinito. el mismo sacrificio de su
vida. No murió por nosotros para que nos convirtiéramos en esclavos
de malos hábitos, sino para que llegáramos a ser hijos e hijas de Dios
que le sirven con todas las facultades del ser.—
Carta 166, 1903
.
Los que tienen continuamente en cuenta que están en esta rela-
ción con Dios no colocarán en el estómago alimento que complazca
el apetito dañando a los órganos digestivos. No echarán a perder
la propiedad de Dios complaciendo indebidos hábitos en el co-
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mer, beber o vestir. Tendrán gran cuidado de la máquina humana,
comprendiendo que deben hacer esto a fin de trabajar como colabo-
radores con Dios. El ordena que sean sanos, felices y útiles. Pero a
fin de serlo, deben colocar su voluntad del lado de la voluntad de
Dios.—
Temperance, 214
.
Practicad la temperancia en todos los detalles de la vida del
hogar
—Instamos que los principios de temperancia sean practica-
dos en todos los detalles de la vida del hogar; que el ejemplo de
los padres sea una lección de temperancia; que la abnegación y el
dominio propios sean enseñados a los hijos y que sean disciplinados
consecuentemente en ellos desde la niñez.—
The Review and Herald,
23 de septiembre de 1884
.
En el círculo familiar y en la iglesia debiera colocarse la tempe-
rancia cristiana en una plataforma elevada. Debiera ser un elemento