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El hogar y la cruzada pro temperancia
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ludables, está debilitando su poder para resistir las atracciones del
apetito y la pasión en otros respectos, en la misma proporción en
que ha fortalecido la propensión a hábitos incorrectos en la alimen-
tación.—
Testimonies for the Church 3:563
.
El té y el café son factores que hay que tomar en cuenta
Debido a la intemperancia que comienza en el hogar, los órganos
digestivos primero se debilitan y pronto el alimento común no sa-
tisface el apetito. Se crean condiciones malsanas y hay un anhelo
de alimento más estimulante. El té y el café producen un efecto
inmediato. El sistema nervioso se excita bajo la influencia de estos
venenos y en algunos casos, por un momento, el intelecto parece
vigorizarse y la imaginación hacerse más vivida. Debido a que estos
estimulantes producen resultados tan agradables, muchos llegan a
la conclusión de que los necesitan realmente, pero hay siempre una
reacción. El sistema nervioso ha tomado prestada energía de sus
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recursos futuros para usarla en el momento y todo ese vigor pasajero
es seguido por una depresión consiguiente. La rapidez del alivio
obtenido por el té y el café es una evidencia de que lo que parece ser
energía es tan sólo excitación nerviosa y, por lo tanto, debe ser un
daño para el organismo.—
Christian Temperance and Bible Hygiene,
31
.
El tabaco, un veneno sutil
—El uso del tabaco es un hábito
que frecuentemente afecta el sistema nervioso de una manera más
poderosa que el uso del alcohol. Ata a su víctima con ligaduras
más fuertes y esclavizantes que la copa que embriaga. El hábito es
más difícil de vencer. En muchos casos, el cuerpo y la mente están
más completamente intoxicados con el uso del tabaco que con los
licores espirituosos, pues es un veneno más sutil.—
Testimonies for
the Church 3:562
.
El tabaco . . . afecta al cerebro y nubla la sensibilidad de manera
que la mente no puede discernir con claridad las cosas espirituales,
especialmente aquellas verdades que tendrían la tendencia de co-
rregir esta sucia complacencia. Los que usan tabaco en cualquier
forma no están limpios delante de Dios. En esa sucia práctica les
es imposible glorificar a Dios en su cuerpo y espíritu que son de
él.—
Counsels on Health, 81
.
El tabaco debilita el cerebro y paraliza su delicada sensibilidad.
Su uso excita una sed de bebidas fuertes y en muchísimos casos