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El hogar y la cruzada pro temperancia
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físico del niño debe descuidarse. Nada carece de importancia. Toda
influencia que afecte a la salud del cuerpo repercute en el espíritu y
en el carácter.—
El Ministerio de Curación, 293
.
La temperancia y el dominio propio debieran enseñarse desde
lacuna. Sobre la madre descansa en gran medida el peso de este
trabajo y, ayudada por el padre, puede llevarlo adelante con éxito.—
The Review and Herald, 9 de julio de 1901
.
Continúense las lecciones en el hogar y en la escuela
—Es un
asunto dificilísimo desaprender los hábitos que han sido consentidos
durante la vida y han educado el apetito. No se vence fácilmente
al demonio de la intemperancia. Tiene fuerza gigantesca y es di-
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fícil de vencer. Pero comiencen los padres una cruzada contra la
intemperancia en sus propios hogares, en sus propias familias, en
los principios que enseñan a sus hijos para que los sigan desde su
misma infancia, y pueden tener esperanza de éxito. Madres, os será
provechoso usar las preciosas horas que Dios os da para formar,
desarrollar y preparar los caracteres de vuestros hijos, y para ense-
ñarles a adherirse estrictamente a los principios de temperancia en
el comer y el beber.—
Testimonies for the Church 3:567
.
Debería practicarse esa costumbre en todas las escuelas y en
todos los hogares. Los jóvenes y los niños deberian comprender el
efecto que el alcohol, el tabaco y otros venenos similares tienen en la
ruina del cuerpo, el entorpecimiento de la mente y la sensualización
del alma. Debería explicarse que ninguno que use estas cosas poseerá
por mucho tiempo toda la fuerza de sus facultades físicas, mentales
o morales.—
La Educación, 198
.
Preséntese con claridad el efecto de las pequeñas desviacio-
nes
—Es el comienzo del mal lo que debería evitarse. En la ins-
trucción de los jóvenes debería explicarse el efecto que tienen las
desviaciones de lo recto, por pequeñas que parezcan. . . .Incúlquese
en los jóvenes el pensamiento de que deben ser amos y no esclavos.
Dios los ha hecho reyes del reino que hay dentro de ellos y deben
tomar posesión del trono asignado por el cielo. Si se da fielmente
esta instrucción, los resultados se extenderán más allá de los jóvenes
mismos. La influencia ejercida salvará a miles de hombres y mujeres
que están al borde mismo de la ruina.—
La Educación, 199, 200
.
Fórmese fibra moral para resistir la tentación
—Para vencer
el creciente mal de la intemperancia se necesita esfuerzo individual