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Conducción del Niño
y respetuosa de sí misma! . . .Más de una niña pobre, para llevar
un vestido elegante, se ha privado de ropa interior y de abrigo y ha
pagado este desacierto con su vida. Otras, llevadas por el deseo de la
ostentación y de la elegancia de los ricos, entraron en el camino de la
deshonestidad y la vergüenza. Más de una familia tiene que privarse
de comodidades, más de un padre de familia se ve arrastrado a las
deudas y a la ruina para satisfacer las extravagantes exigencias de la
esposa y los hijos.—
El Ministerio de Curación, 222
.
La salvación puesta en peligro por la idolatría del vestido
El orgullo y la vanidad se manifiestan por doquiera, pero los que
están propensos a admirarse a sí mismos en un espejo, se sienten
poco inclinados a mirarse en la ley de Dios, el gran espejo moral.
Esta idolatría del vestido destruye todo lo que es humilde, dócil y
amable en el carácter. Consume las preciosas horas que debieran
dedicarse a la meditación, al escudriñamiento del corazón, al estudio
de la Palabra de Dios con oración. . . .Ningún cristiano puede con-
formarse con las modas inmorales del mundo sin poner en peligro
la salvación de su alma.—
The Review and Herald, 31 de marzo de
1891
.
El amor a la ostentación desmoraliza el hogar
—Ayudadas
por la gracia de Cristo, las mujeres son capaces de efectuar una
grande y amplia obra. Por esta razón, Satanás obra con sus engaños
para in ventar vestidos a la moda, a fin de que el amor a la ostentación
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pueda absorber la mente y el corazón y los afectos aun de las profesas
madres cristianas de este siglo para que no tengan tiempo que dedicar
a la educación y preparación de sus hijos o al cultivo de su propia
mente y carácter, a fin de ser ejemplos para sus hijos, modelos de
buenas obras. Cuando Satanás se asegura el tiempo y el afecto de la
madre, comprende plenamente cuánto ha ganado. En nueve casos
de diez, ha conseguido la dedicación de toda la familia al vestido y
la ostentación frivola. Computa a los hijos entre sus despojos, pues
ha cautivado a la madre.—
Manuscrito 43, 1900
.
Los pequeñuelos oyen más del vestido que de su salvación, .
. . pues la madre está más familiarizada con la moda que con su
Salvador.—
Testimonies for the Church 4:643
.
Tanto los padres como los hijos quedan privados de lo más dulce
y verdadero de la vida. Por causa de la moda no reciben preparación
para la vida venidera.—
El Ministerio de Curación, 223
.