Página 353 - Conducci

Basic HTML Version

La moda es un poder fascinante
349
No tienen suficiente valor para detener la marea
—Muchas
de las cargas de la madre son el resultado de su esfuerzo para mante-
nerse al día con las modas. Terrible es el efecto de esas modas sobre
la salud física, mental y moral. Al faltarles el valor para mantenerse
firmes de parte de lo correcto, las mujeres permiten que la corriente
del sentimiento popular las arrastre en su estela. . . . Con demasia-
da frecuencia, las madres que profesan ser cristianas sacrifican los
principios a su deseo de seguir a la multitud que coloca a la moda
como su dios. Protesta la conciencia, pero no tienen suficiente valor
para decidirse firmemente contra el error.—
The Review and Herald,
17 de noviembre de 1904
.
Padres, tened cuidado
—Con frecuencia, los padres visten a sus
hijos con vestidos extravagantes, con mucho despliegue de adornos.
[409]
Luego abiertamente admiran el efecto de su atavío y los felicitan
por su apariencia. Estos necios padres se llenarían de consternación
si pudieran ver cómo Satanás secunda sus esfuerzos y los insta a
mayores necedades.—
Pacific Health Journal, enero de 1890
.
Un problema que afrontan muchas madres
—Si vuestras hijas
ven un vestido diferente del que tienen, están inclinadas a desear un
vestido similar a ése. O quizá quieren otro que ven que tienen otras,
que vosotras creéis que no debéis proporcio-narles de acuerdo con
vuestra fe. ¿Les permitiréis que lo consigan a fuerza de molestaros,
permitiendo que ellas os manejen en vez de encaminarlas de acuerdo
con los principios del Evangelio? Nuestros hijos son muy preciosos
a la vista de Dios. Enseñémosles la Palabra de Dios y preparémoslos
en los caminos de Dios. Tenemos el privilegio de enseñar a nuestros
hijos a vivir de tal forma que tengan la aprobación del Cielo. . . .
No animemos a nuestros hijos a seguir las modas del mundo, y
si somos leales en darles una preparación debida, no harán esto. . .
. Las modas del mundo con frecuencia revisten formas ridiculas, y
debéis tomar una posición firme contra ellas.—
Manuscrito 45, 1911
.
El fruto del amor a la ostentación
—El amor a la indumentaria
y los placeres está destruyendo la felicidad de millares. Y algunos de
los que profesan amar y guardar los mandamientos de Dios imitan a
esa clase de personas, tanto como les es posible hacerlo sin perder
el nombre de cristianos. Algunos de los jóvenes tienen tal afición a
la ostentación, que hasta están dispuestos a renunciar al nombre de