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La responsabilidad por los intereses eternos.
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de ellos que decidan entre lo correcto y lo erróneo y cuando se
verán sometidos a fuertes tentaciones. Entonces ellos serán hallados
débiles cuando debieran ser fuertes. Vacilarán en los principios y
el deber, y la humanidad sufrirá por su debilidad.—
Pacific Health
Journal, enero de 1890
.
Se descuida la obra importantísima
—Una razón por la cual
hay tanto mal en el mundo hoy, estriba en que los padres ocupan
su mente en otras cosas, con exclusión de la obra que es de suma
importancia: la tarea de enseñar a sus hijos el camino del Señor
con paciencia y bondad.—
Consejos para los Maestros Padres y
Alumnos, 99
.
Las madres pueden haber adquirido el conocimiento de muchas
cosas, pero no han obtenido el conocimiento esencial a menos que
tengan un conocimiento de Cristo como Salvador personal. Si Cristo
está en el hogar, si las madres lo han hecho su Consejero, educarán
a sus hijos desde su misma niñez en los principios de la verdadera
religión.—
The Signs of the Times, 22 de julio de 1889
.
Se entrega el dominio a Satanás
—Debido a que los hombres
y mujeres no obedecen a Dios, sino que eligen sus propios caminos
y siguen su propia imaginación pervertida, se permite a Satanás
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que levante su bandera infernal en sus familias y haga sentir su
poder en las criaturas, los niños y los jóvenes. Su voz y voluntad
se expresan en las voluntades rebeldes y caracteres torcidos de los
hijos, y mediante ellos ejerce un poder dominante y lleva a cabo
sus planes. Dios es deshonrado por la manifestación de caracteres
perversos, que no lo reverencian e inducen a obedecer las sugestiones
de Satanás. El pecado cometido por los padres al permitir a Satanás
que domine va más allá de toda comprensión.—
Testimonies for the
Church 5:325
.
Muchos padres por su preparación, por su necia condescendencia
e indulgencia de los gustos y apetitos, se hacen responsables de los
torcidos caminos y caracteres de sus hijos. Satanás puede dominar
todo el ser por esa disposición de desobedecer las leyes de Dios. A
diferencia de Abrahán, los padres no guían a su casa en pos de ellos.
¿Y cuál es el resultado? Los niños y jóvenes están bajo la bandera
rebelde. No se dejan guiar, sino que están determinados a seguir su
propia voluntad. La única esperanza para los niños es enseñarles el
dominio propio y no la condescendencia.—
Carta 117, 1898
.