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Conducción del Niño
maldición para el mundo, el dolor y la vergüenza de los que les
dieron el ser.—
La Educación, 257
.
No sabemos en qué ramo de actividad serán llamados a servir
nuestros hijos. Pasarán tal vez su vida dentro del círculo familiar; se
dedicarán quizá a las vocaciones comunes de la vida, o irán a enseñar
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el Evangelio en las tierras paganas. Pero todos por igual son llamados
a ser misioneros para Dios, dispensadores de misericordia para el
mundo. Han de obtener una educación que les ayudará a mantenerse
de parte de Cristo para servirle con abnegación.—
Profetas y Reyes,
185
.
Enseñadles a depender de la ayuda divina
—Si queréis que
vuestros hijos posean facultades magnificadas para hacer el bien,
enseñadles a aferrarse debidamente del mundo futuro. Si se los
instruye para que dependan de la ayuda divina en sus dificultades
y peligros, no les faltará poder para frenar la pasión y dominar las
tentaciones interiores de hacer lo malo. La relación con la Fuente de
sabiduría dará luz y la facultad de discernimiento entre lo correcto
y lo erróneo. Los que estén así dotados se harán fuertes moral e
intelectualmente, y tendrán conceptos más claros y mejor juicio aun
en los asuntos temporales.—
Pacific Health Journal, enero de 1890
.
La salvación asegurada mediante la fe y la confianza
—Po-
demos tener la salvación de Dios en nuestra familia; pero debemos
creer en ella, vivir para ella y tener una continua y permanente fe
y confianza en Dios. . . . La restricción que la Palabra de Dios
nos impone es para nuestro propio interés. Aumenta la felicidad de
nuestra familia y de todo lo que nos rodea. Refina nuestro gusto,
santifica nuestro juicio y proporciona paz a la mente y al fin la vida
eterna. . . . Los ángeles ministradores permanecerán en nuestras
moradas y con gozo llevarán al cielo las nuevas de nuestro progreso
en la vida divina y el ángel registrador efectuará un registro alegre y
feliz.—
The Signs of the Times, 17 de abril de 1884
.
El Espíritu de Cristo será una influencia permanente en la vida
del hogar. Si hombres y mujeres abren el corazón a la influencia
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celestial de la verdad y el amor, estos principios fluirán como ma-
nantiales en el desierto, refrigerando todo y haciendo que la frescura
aparezca donde hay ahora esterilidad y escasez.—
Manuscrito 142,
1898
.