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La Biblia en el hogar
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Las hermosas lecciones de las historias y parábolas de la Biblia,
las puras y sencillas instrucciones de la santa Palabra de Dios, son
el alimento espiritual para vosotros y vuestros hijos.
¡Oh, qué tarea está delante de vosotros! ¿Os encargaréis de ella
en el amoór y temor de Dios? ¿Os pondréis a vosotros mismos en
comunícación con Dios a través de su Palabra?—
Carta 27, 1890
.
Es la norma de la rectitud
—La Palabra de Dios debiera ser
juiciosamente presentada delante de la mente juvenil y debiera ser
su norma de rectitud para corregir sus errores, iluminar y guiar la
mente, lo que será mucho más efectivo para restringir y controlar los
temperamentos impulsivos que las palabras ásperas que provocarán
a ira. Esta preparación de los hijos para hacer frente a las normas de
la Biblia, requerirá tiempo, perseverancia y oración. Debiera hacerse
esto aunque deban descuidarse algunas cosas de la casa.—
The Signs
of the Times, 13 de septiembre de 1877
.
Las verdades de la Biblia así recibidas elevarán la mente de su
mundanalidad y degradación. Si la Palabra de Dios fuera apreciada
como debiera serlo, tanto los jóvenes como los mayores poseerían
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una rectitud interior, una fortaleza de principios que los capacitaría
para resistir la tentación.—
Testimonies for the Church 8:319
.
El Santo de Israel nos ha hecho conocer los estatutos y las leyes
que deben gobernar a toda inteligencia humana. Estos preceptos que
han sido declarados como santos, justos y buenos, han de formar
la norma de acción en el hogar. No puede haber una desviación
de ellos sin cometer pecado pues son el fundamento de la religión
cristiana.—
The Review and Herald, 13 de noviembre de 1888
.
Fortalece el intelecto
—Si la Biblia fuera estudiada como de-
biera serlo, los hombres serían fuertes en su intelecto. Los temas
tratados en la Palabra de Dios, la sencillez dignificada de sus decla-
raciones, los nobles temas que presenta a la mente, desarrollan las
facultades en el hombre en una forma en que no podrían ser desarro-
lladas de otra manera. En la Biblia se abre delante de la imaginación
un campo ilimitado. El estudiante saldrá de una contemplación de
sus grandes temas, de la asociación con sus elevadas imágenes, más
puro y elevado en pensamiento y sentimiento que si hubiera pasado
el tiempo leyendo cualquier obra de origen meramente humano, por
no decir nada de aquéllas de carácter liviano. Las mentes juveniles
no alcanzan su más noble desarrollo cuando descuidan la fuente más