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La limpieza
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vigorizar a los que vivan en la casa.—
El Ministerio de Curación,
210
.
El aseo personal es esencial para la salud
—La limpieza es-
crupulosa es esencial para la salud del cuerpo y de la mente. El
cuerpo elimina continuamente impurezas por conducto de la piel,
cuyos millones de poros se obstruyen pronto con la acumulación de
desechos si no se la limpia por medio de frecuentes baños. Entonces
las impurezas que debieran evacuarse por la piel sobrecargan los
demás órganos de eliminación.
A muchas personas les aprovecharía un baño frío o tibio cada día,
por la mañana o por la noche. En vez de aumentar la propensión a
resfriarse, el baño, tomado debidamente, fortalece contra el frío, pues
estimula la circulación. La sangre es atraída a la superficie, de modo
que circula con mayor facilidad, y vigoriza tanto el cuerpo como
la mente. Los músculos se vuelven más flexibles, la inteligencia
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más aguda. El baño calma los nervios. Ayuda a los intestinos, al
estómago y al hígado, y favorece la digestión.
Importa también que la ropa esté siempre limpia. Las prendas
de vestir que se llevan puestas absorben los desechos que el cuerpo
elimina por los poros, y si no se mudan y lavan con frecuencia, el
cuerpo volverá a absorber todas esas impurezas.—
El Ministerio de
Curación, 209, 210
.
Los alrededores limpios constituyen una ayuda para la pu-
reza
—A menudo he visto las camas de los niños en una condición
tal que no podía soportar el olor desagradable y malsano que cons-
tantemente salía de ellas. Mantened limpias y saludables todas las
cosas que contemplan los niños y con las cuales entran en contacto
sus cuerpos sea de día o de noche. Este sería un medio de enseñarles
a elegir lo que es limpio y puro. Que los dormitorios de vuestros
hijos sean aseados, y sin embargo sin muebles costosos.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 142
.
Mantened un equilibrio debido
—La limpieza y el orden son
deberes del cristiano, y sin embargo estas cosas pueden llevarse
demasiado lejos y convertirse en lo único esencial, mientras se des-
cuidan otros asuntos de mayor importancia. Los que descuidan los
intereses de los niños por estas consideraciones están diezmando la
menta y el comino, mientras descuidan las cuestiones más importan-