24
Cristo Nuestro Salvador
La gloria que descansó sobre Cristo fué una garantía del amor de
Dios para con nosotros. El Salvador vino para ser nuestro ejemplo; y
tan seguramente como Dios oyó su oración, oirá la nuestra también.
El más menesteroso, el más pecaminoso, el más despreciado,
puede hallar acceso al Padre. Cuando nos acercamos a él en nombre
de Jesús la misma voz que habló a Jesús en aquella ocasión nos
habla también a nosotros, y nos dice: Este es mi hijo amado, en
quien tengo mi complacencia.
[36]
[37]