Página 78 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

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Ante Pilato y Herodes
Luego de ser condenado por los jueces del Sanedrín, Jesús fué
llevado ante Pilato, el gobernador romano, el cual tenía que confirmar
la sentencia y ordenar la ejecución.
Según las leyes ceremoniales de su nación, los sacerdotes y los
príncipes de los judíos no podían entrar en el tribunal de Pilato
sin considerarse contaminados e incapacitados para participar en la
fiesta de la pascua.
A causa de su ceguera espiritual no podían comprender que
Cristo era el verdadero Cordero pascual y que al rechazarlo, aquella
gran ceremonia perdía todo su significado.
Al contemplar a Jesús, Pilato vió a un hombre de noble apa-
riencia y de porte digno. En su rostro no había la menor huella de
culpabilidad. Pilato se dirigió a los sacerdotes y les preguntó:
“¿Qué acusación traéis contra este hombre?”
Juan 18:29
.
Sus acusadores no esperaban tal pregunta. No querían entrar en
detalles, pues sabían que no había testimonio verídico contra él para
que el gobernador romano le condenara. Los sacerdotes tuvieron
que valerse otra vez de sus testigos falsos. Y comenzaron a acusarle,
diciendo:
[112]
[113]
“A éste hemos hallado pervirtiendo a nuestra nación, y vedando
pagar tributo a César, y diciendo que él mismo es Cristo, el Rey.”
Lucas 23:2
.
Esto era falso, pues Cristo mismo había pagado tributo y había
enseñado a sus discípulos a hacerlo. Cuando los doctores de la ley
habían procurado entramparle con ese mismo asunto, él había dicho:
“Pagad, pues, a César lo que es de César; y a Dios lo que es de
Dios.”
Mateo 22:21
.
Pilato no se dejó engañar por tan falso testimonio. Volviéndose
hacia Jesús, le preguntó:
“¿Eres tú el rey de los Judíos?”
Jesús le contestó: “Tú lo dices.”
Mateo 27:11
.
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