Página 89 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

Basic HTML Version

El Calvario
85
¿Sufriría la crucifixión Aquel que había dado vida a los muertos?
¿Permitiría el Hijo de Dios que le quitaran la vida en forma tan
cruel? ¿Debía ella abandonar la fe que tenía en que él era el Mesías?
Vió sus manos extendidas sobre la cruz, aquellas manos que no
se habían extendido sino para bendecir y aliviar a los que sufrían.
Trajeron el martillo y los clavos, y cuando éstos penetraron las deli-
cadas carnes, los discípulos con el corazón traspasado de angustia
alejaron de allí la desmayada forma de la madre de Jesús.
El Salvador no profirió queja alguna; su rostro permaneció pá-
lido y sereno, pero gruesas gotas de sudor bañaban su frente. Sus
discípulos huyeron de aquel cuadro aterrador. El pisó el lagar solo y
del pueblo nadie había con él.
Isaías 63:3
.
[129]
Mientras los soldados consumaban tan fatídica obra, la mente
de Jesús, prescindiendo de sus propios padecimientos, se fijó en la
terrible retribución que un día caería sobre sus perseguidores. Se
compadeció de su ignorancia y exclamó:
“¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!”
Lucas
23:34
.
Jesús estaba ganando el derecho de llegar a ser el abogado de
los hombres ante el Padre. Esta súplica de Cristo a favor de sus
enemigos incluía al mundo entero. Abarcaba a todo pecador, desde
el principio del mundo hasta el fin.
Cada vez que pecamos, Cristo vuelve a ser herido. Por noso-
tros levanta ante el trono sus manos atravesadas y dice: “¡Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen!”
Luego que Jesús fué clavado en la cruz, ésta fué levantada por
hombres vigorosos y metida con fuerza en el lugar preparado para
ella, causando agudos dolores al Hijo de Dios.
Pilato escribió una inscripción en latín, griego y hebreo, y la
mandó fijar sobre la cruz, encima de la cabeza de Jesús, donde
pudiera ser vista de todos. Decía:
“Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos.”
Los judíos querían que la cambiara, y los sacerdotes principales
dijeron:
“No escribas: El rey de los Judíos; sino que él dijo: Soy rey de
los Judíos.”