Página 90 - Cristo Nuestro Salvador (1976)

Basic HTML Version

86
Cristo Nuestro Salvador
Pero Pilato estaba irritado consigo mismo por su anterior debili-
dad, y despreciaba cordialmente a aquellos hombres tan celosos y
malvados. Así que respondió:
[130]
“¡Lo que he escrito, he escrito!”
Juan 19:19, 21, 22
.
Los soldados se repartieron la ropa de Jesús. Había una prenda
que estaba tejida sin costura respecto de la cual contendieron. Con-
vinieron en echar suertes sobre ella. Esta escena había sido predicha
por el profeta de Dios con las palabras siguientes:
“Horadaron mis manos y mis pies... ¡Partieron entre sí mis vesti-
dos, y sobre mi ropa echaron suertes!”
Salmos 22:16, 18
.
Apenas Jesús fué levantado en la cruz, los sacerdotes, los gober-
nantes y los escribas, a una con el pueblo, comenzaron a mofarse y
a insultar al Hijo de Dios en su agonía, diciéndole:
“Si tú eres el Rey de los Judíos, sálvate a ti mismo.”
Lucas 23:37
.
“A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. Si es el rey de
Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en
Dios; líbrele ahora, si le quiere; porque ha dicho: De Dios soy Hijo.”
Mateo 27:42, 43
.
“Y los que pasaban le decían injurias, meneando la cabeza, y
diciendo: ¡Ea! ¡tú que derribas el Templo, y en tres días lo reedificas,
sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz!”
Marcos 15:29, 30
.
Cristo habría podido descender de la cruz. Pero si así lo hubiera
hecho, jamás habríamos podido ser salvos. Estuvo listo a morir por
nuestra causa. “Pero fué traspasado por nuestras transgresiones,
quebrantado fué por nuestras iniquidades, el castigo de nuestra paz
cayó sobre él, y por sus llagas nosotros sanamos.”
Isaías 53:5
.
[131]